Noelia & Jazmín

Ver mi nombre entre tus mails va a ser como un unicornio viajando en colectivo. Dos años sin tener contacto son mucho tiempo pero 730 días en una vida representan solo una pequeña parte del todo.

The Chainsmokers tienen en su haber “Closer” que es una canción que me vuela la peluca y cuenta sobre una pareja que se reencuentra después de cuatro años. Hay una oración en el estribillo que dice: “Bite that tattoo on your shoulder” y el tatuaje, los algoritmos aleatorios mentales y la melancolía me dejan directamente en tu estación.

Siempre me pregunté qué suerte había corrido el tatuaje que nos hicimos cuando creíamos que éramos para siempre. ¿Te lo tapaste? ¿Te lo sacaste?
Quizás estas preguntas estén totalmente demás, pero qué sé yo, se me cruzan por el pensamiento. Stalkearte es imposible porque todo es tan privado que da miedo, o peor, intriga.

Para ser justa con la causa, te cuento que mi grulla de origami sigue intacta pero con la tinta un poco gastada, quizás como yo. La cara interna del brazo se hace más blandita al tiempo que el dibujo se establece para quedarse. No sé, me gusta el diseño, me gusta lo que representa. Mis amigas me pidieron que me lo cubra pero yo no siento la necesidad de hacerlo. Hasta le pregunté a la psicóloga si esto representaba un duelo flojo de papeles, pero me explicó que el tatuaje no suma ni resta a la hora de superar, que conservarlo es más inofensivo que preocupante.

Hasta hace poco estuve saliendo como una chica que insistía con que me lo saque, y un poco bajo presión le pedí un turno a la tatuadora. Para cuando llegó el día y la hora, la relación se había disuelto, no así la tinta. Me terminé haciendo un caracol estilo acuarela en el pie, un hermosor.

Bueno, nada, eso, todo, mucho, qué sé yo.
Te mando un beso grande.
Jaz.


Hola. Me obligaste a coquetear con un paro cardíaco. Qué loco leer tu nombre completo. Tu nombre que tiene muchas letras y siempre que quería mandar un mensaje a otra persona me aparecías como posible destinataria así que tuve que reemplazarlo por iniciales que dicen casi nada.

Pasó mucho tiempo, y yo no puedo ponernos como una rayita perpendicular a una línea cronológica de tu vida o la mía. Es mucho tiempo y punto. Mi tatuaje sigue como la última vez que lo viste porque le retoqué las líneas. Todo el resto quizá no. Estuve saliendo con un pibe y a continuación una intención de descomprimir lo recién escrito: (!), y bien. Terminamos, por más desamorado que suene, porque vivíamos lejos del otro y siempre nos daba flaca movilizarnos; y el tiempo juntos no terminaba de compensar. Las historias de relleno no son épicas pero sí necesarias para sobrevivir. Así que más les vale la cuota de simpatía. Después algunas chicas con las que lo en común era tan forzado que a las dos preguntas se desmoronaba.

Conquisté la difícil tarea de extrañarte sólo cuando algo me hace acordar a vos.

Ahora estoy sola y muy bien. Me levanto temprano, ordeno, hago yoga con unos tutoriales de una australiana que está muy linda, leo, vengo bien en el laburo. Toda esa pantalla de felicidad que muestran las publicidades cuando usás equis marca de toallita. Nos queda pendiente la batalla de comentarles a los publicistas que una no tiene particulares ganas de saltar, empezar comedia musical o hacer las compras del semestre cuando está indispuesta.

Respecto de tu tatuaje, hacé lo que vos quieras. Digo, vamos, es un puto tatuaje. Fuimos más que eso. Podés tapártelo y no es que me voy a esfumar de la faz de la Tierra.

Hacé lo que vos quieras, no lo que piensen tus amigas que es mejor o lo que una pareja lea como algo inconcluso.

Pasaron dos años desde la conclusión. Y es un puto tatuaje.


No te voy a mentir, saber que tu tatuaje sigue en pie me dibujó una sonrisa en la cara. La grullas se emparejan de por vida, nosotras no volamos con la misma suerte.

Me encanta leerte y sobre todo que estés concretando mi imposible: estar sola y bien. Me cuesta horrores. No es que no pueda, pero parece que necesitara tener siempre una conversación reciente con alguien para poder estar en “calma”. La chica que sea, no importa la procedencia, no importa el vínculo, ni siquiera importa el no haberla conocido en persona. Todo es tan volátil como intrascendente y necesario.

Me pongo a ver una serie y a los cinco minutos agarro el celular y le escribo a alguien, lo mismo si leo un libro. Si cocino, tengo que subir una foto. Comparto en el grupo de amigas cada noticia que tengo, escribo en Twitter sobre cada paso que doy. Es como si no pudiera estar concentrada haciendo algo en soledad. Hay una angustia que me invade en el silencio y rápidamente tengo que taparla con una distracción. Me doy cuenta del conflicto pero todavía no pude solucionarlo. Dicen que darse cuenta es el primer paso.

Yo no era así y esta nueva yo me queda incómoda. Colgué la facultad y en el trabajo me tienen en la mira. Estuve viviendo con mis viejos después de la separación y subalquilé el departamento unos meses, pero ya volví. Será cuestión de encontrar el camino de vuelta pero en general.

El tatuaje se va a quedar en mi brazo izquierdo, estimo que de por vida.

No tengo más para decir o preguntar, aunque me gustaría leerte un poquito más antes de no hablar por dos años y que una inquietud propia nos encuentre menos lejos que la indiferencia pero más lejos que un abrazo.


“Todo está vivo a pesar del dolor, si seguís tatuada” no dice eso la canción pero qué puede hacer uno sino reversionar a la medida de sus problemas.

Está bien que nos escribamos sin tener lo que decirnos en tanto eso que nos digamos aunque no tengamos qué decirnos sea lindo. Y lo es. Es lindo leerte, Jaz. Pero quiero ser clara con vos: te quiero mucho, fuiste un gran amor, voy a estar siempre que me necesites, puedo ser tu contacto de emergencia con el consorcio, en el gimnasio, en el trabajo, en un papelito en la billetera; pero no tengo ganas de estar en una relación hoy. Ni con vos, que sos vos, ni con nadie.

Es difícil decir eso sin que suene a rechazo. No lo tomes así. Tampoco sé si me lo estabas insinuando. Dos años de la línea suspendida y de repente volvemos a marcar. A apretar botoncitos que estaban como trabados, juntando polvo. Quizá haya interferencia y, bueno, iremos desenredando el cable, o quedará acá, no sé.

Sos lo más. Sos LA piba. Pero estoy bien así.

Si no era por esto que me escribiste, si era por algo que no era esto, decime y te doy una mano. Contá conmigo.

Beso.


Me puse, bah, me hiciste pensar. Porque no siento una pulsión interna que me pida a gritos volver a tu abrazo, pero escribirte me fue inevitable.

Le di vueltas a la ruta de mis palabras y de cómo me sentí desde que me respondiste por primera vez, hace seis días. Hay una única conclusión: estoy más tranquila.

Creo que necesitaba saber que no te habías olvidado de mí. A veces pienso que ni te debés acordar de lo que fuimos. No me preguntes por qué, no es racional, se mezcla mi inseguridad con el paso del tiempo y la cabeza me tira error.
Por eso que me digas que todavía sigue en tu piel nuestra marca de tinta me trajo mucha alegría.

No te asustes, somos pasado y de eso no me olvido yo. Pero me calma saber que sigo ahí, no en lo literal, no en lo cotidiano, en lo que fuiste, en lo que construye lo que sos. Mis huellas no son tan livianas como para que cualquier mar se las lleve.

Todo esto es medio pavo y me da mucha vergüenza pero no me arrepiento. Es como aire, energía, un trampolín.

Espero que tengas una vida tan linda como vos.
Te quiero mucho.
Beso enorme.


Hermosa palabra trampolín.
Quizá porque rima con tu nombre. No el de las siglas, el que sí dice y un montón.

Te quiero también.
Beso.

Nahuel & Javier

Sí, ni me digas, yo cabeceé todo el día, ya estoy para jubilarme. Nos patinamos la juventud antes de ser jóvenes.

Escuchame vieji, hablando de eso, te voy a decir algo medio gorra pero que me viene dando vueltas hace 3 o 4 juntadas. Estás chupando fiero. Digo, todos tomamos un par de copas y de tanto en cuando dos pares, vos siempre te bajás la botella. Estás panzón. Vos, boludo, que venís con photoshop de nacimiento.
No sé si preocuparme, ¿me tengo que preocupar?

Cuando te pregunto por tu laburo contestás algo vago, cuando hablamos de qué pasó con la vecina la puteás. Estás como agresivo, estás ruidoso. ¿Te pasa algo javi?

Este mail es muy marica pero en algún momento quería preguntártelo. En el casamiento de Leo rompiste una copa, pateaste la silla y te fuiste. Ni sé si te diste cuenta de que la silla le pegó a Clari. Cuando te fuimos a buscar vimos tu auto arrancar a toda velocidad.
Es un descuido enorme que manejes así loco, es más que eso pero no me quiero pasar de vigilante.

Buen, cuando quieras nos juntamos a tomar una birra tranquilos.

Sigo con los planos que no termino más.


Tranca que no pasa naraju le estoy dando al vino pero porque estoy como perdido y eso me hace sentir bien pero no es que tenga un problema o vos querias decir eso
en la ferretería no hay nada de laburo y me la paso caminado por las paredes y encima la forra conchuda de mi ex no para de pedirme plata y mi vieja esta cada vez peor no se son cosas es un mal momento en general pero no hay nada de que preocuparse amigazo vos como estas


Wacho, atendeme, ¿no querés venir al estudio a laburar unos meses? Acá hay pila de cosas para hacer y posta es un ambiente re distendido, por más búsqueda de agencia negrera que suene.

Por lo de la guita ya te dije que te asesoraras con gringo que es abogado y contador. No le desmerezcas tanto infierno laboral. Y por lo de tu vieja, no sé, yo cuando quieras te acompaño a verla, ¿te reconoce? ¿tus hermanos mueven un dedo o estás con esto solari? Ojo que tanto peso te puede dejar sin espalda literal y metafórica.

¿Extrañás a Paola? ¿Es eso? A veces, definir qué es lo que nos tiene perdidos es imposible porque, lógico, si no nos encontraríamos. Pero bueno, no sé, quiero que cuentes conmigo loco. Estoy acá, usame. Eeeepa.

Tenés que controlar la violencia con la que te venís manejando, si no vas a terminar en alguna que te termine de ahogar.

Capaz podés usar el hecho de que ella haya re-hecho su vida como turbina para no dejar la tuya en este metro cuadrado de caca. Pensalo. Es cuestión de escuchar el clic adentro. No el crack, el clic. Aclaración importante.

Dale que me muero de ganas de tenerte de che pibe. Venite mañana.


bueno cuantas preguntas me vas a hacer te las gastastes todas esto un interrogatorio no me rompas las pelotas qye carajo te importa metete en tu visda pelotudo superado quien sos sos un forro un preso del sistema te crees mejor que yo pero chupame la pija infeliz tu vida me da lastima
estarn todos encima mio se pusieron de acuerdo yo no tengo ningún probliema si estan preocupados estan den la cara te hacen un llamadito para lavar culpas y depsues se van a dormir a lar mentira que son sus vidas de pelotudos meduiocres

yo se quien soy y los problemas que tengo y no me meto en la vida de nadie no me cro mejor que nadie soy el mismo de siempre ami mis problemas son mios y me hago cargo y no jo do a nadie ustedes no me dejan de romper las pelotss todos los dias que ganas de cagarlos a trompadas par ubicarlos rapido
y vos sos el más f

orro de todos porque vos de verdad te crees mejor persona cornudo anda a decirle che pibe a la trola de tu hija que me megustea las fotos se ve que esta queriendo que ,me la culee no se

alguna pregunta más los pelos del orto me afeito y los consejos amoroso s berretas de perder y encontrar me los paso poru el quinto forro del culo leete a vos mimos nada de lo que decir stiene sentido mezclas palabras ahora sos poeta lo que me tiene perdido te lo defino con esta

pelotudo anda a donar $5 a un horfanato que comen cucarachas asi te sentris mejor tambien


Vos no sos un caso de caridad, imbécil. Sos un hermano.

Pero andate a la concha de tu madre y ni se te ocurra aparecer ni en mi bandeja de entrada ni en mi casa ni en mi laburo. Hundite solo.

Sabés que un par me dijeron que eras caso perdido desde el principio. Demo me dijo “una mañana te vas a despertar con un mensaje de la ex mujer contándote que se la puso con el auto”. Y quizá sea así. Porque no sólo te descuidás a vos, te cagás en todo lo que te rodea. Te volviste intratable, todos vivimos pendientes de que no te salte la térmica. Seguís tomando pala después de que hace años que salimos todos de esa.

Las estafas cotidianas y las pendejas de una noche no son más que curitas sin adhesivo. Pisás los 40. Estás lleno de amigos, sos pintón. Tenés techo propio e ingreso fijo. Todo lo desaprovechás y lo hacés mierda. Sos el peor buen tipo de la historia.

Ni se te ocurra pedirme ayuda, ¿me oís? No aparezcas. Hundite solo. Morite solo.

Y decile a tu mujer que si te pegás un palo en la calle, a mí no me llame.

Si rema uno nada más nos quedamos en el lugar. Yo no me quedo en el lugar ni remo de a uno, mucho menos por vos, mucho menos a las puteadas.


Muy buenos días, Nahuel.
Mi nombre es Rosario y soy la Coordinadora del Centro de Rehabilitación La Luz del Camino en donde se encuentra Javier Villalba. Tengo entendido que él es o supo ser tu amigo, el contacto me lo facilitó su ex esposa.

Me consta que estás al tanto de su internación por lo que quiero contarte que su tratamiento está casi concluido y el sábado 6 le haremos una pequeña “fiesta” de despedida. Será una reunión sencilla con comidas y gaseosas en donde sus compañeros y orientadores leerán cartas, habrá testimonios, cantaremos canciones; todo en tono festivo y alentador para que su reinserción comience llena de esperanza.

Sería muy importante que pudieras asistir. Lamentablemente no estoy teniendo suerte con este pedido, me contacté con familiares y amigos y las negativas se están acumulando en mi casilla, por lo que te pido que antes de sumarte a las bajas, lo reconsideres. Va a ser muy importante para él saber que su vida no está perdida, tener nuevas oportunidades con los mismos afectos es lo que nos repara por dentro. Nadie merece una condena eterna por un mal momento, el amor es lo que salva. La contención emocional es una red que impide las recaídas.

Esperamos contar con tu presencia, en el flyer que adjunto está toda la información y un mapa de cómo llegar.
Por favor, confirmame. Transformar el daño en aprendizaje es lo que nos dota de humanidad, y siempre es un buen momento para hacerlo.

Muchas gracias.
Rosario.


OUT OF THE OFFICE

Respuesta automática: estaré fuera de la oficina entre el 1 y el 15 de noviembre.

Por urgencias, escribir a Diego@estudiohuno.com


Rosario, recién leo tu mail, estaba de viaje. ¿Podrías decirme dónde está Javier o cómo puedo comunicarme?
Los mails a su casilla vieja me vuelven rebotados.

Me gustaría verlo.
Saludos,
Nahuel-


Nahuel,
Javier sufría de encefalopatía hepática a causa de sus adicciones y dos días después de su alta tuvo una falla decisiva en su sistema nervioso.
Lo lamentamos mucho.
Rosario.

Tomás & Felicitas

¿Por qué llorabas? Tenías los ojos a punto de estallar, ¿qué pasó? ¿Ese gerente bola de fraile te dijo algo feo? Mirá que voy le pido el libro de quejas, eh.

Felicitas Din Alvarado, gracias por tener cuenta en Facebook, fue fácil encontrarte. Recordé tu nombre de la identificación que te cuelga del cuello, un GENIO el que inventó ese sistema.

Así como dice mi nombre, soy Tomás, más conocido como el que hoy te dio la tarjeta de crédito vencida. (¿Se dice “vencida”? ¿”Expirada”? Bueno, eso.) Decí que tenía efectivo, si no me moría de la vergüenza. Ni me di cuenta porque no me llegó el nuevo plástico pero ya lo reclamé, que no cunda el pánico. También me recordarás como el que compra todo de a dos. Dos leches, dos paquetes de azúcar, dos dentífricos. Tengo ese trauma, no me juzgues. Es como si necesitara llevar la pareja. Una lástima estar soltero.

Esperá, por qué creo que te vas a acordar de mí. Quién soy. Calmate, flaco. Estrella de los supermercados, líder de la góndola.

Volviendo al tema, hoy conocí a una cajera triste y sigo sin saber qué le pasaba. Será de chusma, será de metido, pero… ¿por qué llorabas?


Hola Tomás. Es un poco raro esto. Gracias por preocuparte. Lloraba, lloro, por un problema personal que nada tiene que ver con el trabajo pero que me es inevitable separar. Estoy 9 horas en el supermercado. No aguanto 9 horas sin llorar, qué querés que te diga. Pero bueno, es un momento de extrema susceptibilidad que no voy a hablar ni con vos ni por chat. También esto pasará, como dicen mil discursos, parafrasea el anillo de un muerto y se titula un libro de industria nacional.

Sé quién sos. No sólo tenías la tarjeta vencida sino que te acepte un billete de 100 al que le faltaba una punta y me cagaron a pedos y me los van a descontar.
No te los estoy mangueando, sólo te lo cuento para que tengas cuidado. Igual, nada, todos andamos cagándole la vida a alguien sin querer y sin saberlo.

Esto me da un poco de vergüenza así que te agradecería que en tus próximas compras tomes otra caja como rumbo.

Gracias, otra vez, por inquietarte.

Saludos,
Felicitas.


Sí, cualquiera. Te mandé el mensaje y me arrepentí, o tuve una sensación en la panza parecida a cuando te mandás una cagada. A ver, de verdad me importa tu tristeza, pero mirá si le vas a andar ventilando a un extraño tu vida personal.

Te juro que no traté de ser chusma. Te vi linda y triste y te hablé como si tuviéramos la complicidad de dos mejores amigos. Esta idea adentro de mi cabeza era un éxito, eh. Gol de chilena, ovación de pie, mirá qué ingenioso el pibe. En mi mente, vos me respondías que te había encantado mi remera de dinosaurios, se formaba un arcoíris, pasaba Messi y me chocaba los cinco.

No sé cómo acercarme a las mujeres. No te habías dado cuenta, igual. Tampoco me creas un pajero. Bueno, ese es un poco el problema, tengo miedo de pasar por acosador serial e intento vender una imagen de fresco y relajado que no funciona. Escribir estas cosas también es una estrategia de levante, la victimización podría funcionar, el famoso chamuyo: “no sé chamuyar” que conquistó a alguien por última vez en 1991.

Me enrede en mi propia telaraña de sinceridad pero porque me importa que se vea mi buena intención. Odio que las mujeres lloren. Debe ser porque me crié entre cuatro y cada vez que alguna estaba triste, hacía una mueca o algún chiste para que sonrían. Soy medio payaso. Bah, soy payaso, de hecho ahora estoy en una mini gira por Bahía Blanca con mi espectáculo de títeres, voy por las escuelas con Sacapuntas y Reglamina. Todo esto es para explicarte que cuando vuelva a Caballito (en una semana) te llevo los $100 que te debo.

Una vez me dijeron: “esto también pasará”, respondí: “¡¿y cómo hago para no chocar el mientras tanto?!” y todos rieron de mi elocuencia pero ninguno supo qué responderme.

Feli, te juro que yo pasé por todo tipo de dolores, tuve tristezas que todavía ni se inventaron, me han hecho cada daño que existe y siempre salí rengueando pero entero y con más ganas que antes. Las tormentas tienen eso del viento, que limpia y trae un aire nuevo.

Reglamina te diría que no sonrías para abajo porque nos obligás a hacer la vertical, y Sacapuntas intentaría hacer una vertical sin ningún tipo de éxito. Son medio revoltosos, viste.

Te dije “Feli” porque estoy acostumbrado a llamar a los chicos por la versión cortita de su nombre. Bueno sí, y soy confianzudo.

Ya te debo haber agotado.

Besos.


Tomás, no pases a devolverme los 100 pesos. Yo sé que esto para vos debe ser súper difícil y quizás si hubiera sido otra chica la destinataria de tu preocupación, hoy ella y vos estarían contando una historia de lo más insólita y romántica. Pero no conmigo. Conmigo no hay Disney posible hoy. Ni siquiera un Italpark oxidado o un cartel de ‘en construcción’.

Entiendo y puedo ver la pureza de tu timidez porque yo también la vivo. Todo lo que tenemos debajo de la piel es de cristal y se hace mierda con increíble facilidad. Andamos cuidadosos, tratando de no cortarnos por dentro. Nos miramos por la calle y nos quedamos pensando en si miramos de más o de menos, si fuimos invasivos o, por el contrario, demostramos un desinterés casi hiriente. Llevamos la interacción al mínimo porque nos sentimos contagiosos o, peor, intrascendentes. Llegamos a destino y repasamos lo que veníamos pensando. Todo un circuito de castigo y soledad más evidente que los hongos del pan lactal.

Vos sos bueno, Tomás. Siempre saludás y me hacés algún chistecito para que los pocos segundos que demoro en calcular tu descuento no sean tensos.

No te metas en esta, te lo digo desde este cariño de base que percibo. Estoy jodidísima y vos no podés ni deberías ser un héroe. Pero si no me vas a salvar, vos o quien se acerque, tampoco me sirve.
Busco lo que nadie tendría que ser para otro jamás: un bastón, un salvavidas, un refugio.
No me preguntes de qué. Si supiera no estaría intercambiando líneas con un desconocido. Borges era ciego y decía que veía en un tono de amarillo. Más raro es sentir en negro, digo yo.

Te devuelvo la buena intención, es realmente hermosa, no la merezco.

Felicitas.


Me quedé mirando la pantalla como media hora sin saber qué responderte. Necesitás un salvavidas, te lo ofrezco, decidís que no te va a sacar a flote y me lo devolvés sin usarlo. Es raro pero no ilógico, quizás pensás que el salvavidas debería tener otro color, el bastón otra forma, el refugio otro techo.

Mirá, te voy a compartir algo personal. Cuando tenía ocho años, encontré a mi mamá acostada en la cama con varios frascos de pastillas vacíos al lado. Como no se levantaba, la fui a despertar y no reaccionaba. Después me explicaron que se había ido a dormir al cielo porque necesitaba descansar, que me estaba cuidando desde allá arriba, etc. En ese momento entendí lo que pude y el resto lo saqué con la edad y por contexto. Por favor, no me leas con lástima. Tampoco me pienses como alguien castigado por la vida, el sufrimiento estuvo ahí pero no podría decir que mi infancia fue una etapa infeliz. Al contrario. El error más grande a la hora de interpretar es tomar la parte por el todo, teñir con la misma sensación momentos que te tocan de distinta manera.

Trato de hacer que mi vida valga la pena y por eso me puse en función de la alegría, el teatro fue y es mi mejor terapia. Me encanta hacer reír, sobre todo a los chicos que son de lo más exagerados.

Te ofrezco mi oído y además te debo $100 por lo que me gustaría invitarte a tomar un submarino. Sé que te puedo ayudar. Lo sé. No porque sea un héroe, porque soy un ser humano al que le importa traer de vuelta a las sonrisas que se lavaron de tanto llanto. Tampoco soy un caso atípico, estamos rodeados de gente que cree que nadie le da una mano y en realidad no se deja ayudar.

Este es mi último intento.
Si no, buscaré otra caja para no incomodarte.
Te mando un beso.


Lamento mucho lo de tu mamá. Más lamento que la encontraras vos. Hay choques que dejan destrucción total y no hay “ahorrá y comprate uno nuevo” para el alma. Si me lo contaste queriendo preguntarme si intenté suicidarme: no. Las marcas en las muñecas que siempre tratás de dejar de mirar son de hace como 10 años. Ahora soy otra, tengo 32, vivo esquivando enfáticamente el éxito y la realización personal como cajera de supermercado.

No me quiero matar. A veces me quiero morir.

No tengo ganas de ir a tomar un submarino pero por alguna razón hablar con vos no me deja peor. Quizá sea que la tragedia hermana o que pensé que no quedaban posibilidades de sonreír y me olvidé de que al fondo del tarro había un payaso.

Si me siento incómoda, ¿me puedo levantar e irme? A veces tengo ganas espontáneas de llorar y contenerlas es pedirle a mi garganta una elongación que no tiene.
Si te sentís incómodo, por favor levantate y andate.

No quiero contagiar. De a ratos soy así de arrogante y creo que mi tristeza es como un agujero negro que succiona todo lo que se acerca. Si sentís un tironcito, por favor levantate y andate.

El jueves después de las 5 que termina mi turno podés pasar por el supermercado y vamos. Vení sabiendo a dónde. Ignorá los imperativos. Todo es más un favor que una orden.

Esto es muy difícil. Como conversar.


Encontré este mensaje mudando los datos del teléfono.

Te escribo para pedirte perdón por esa salida. Estaba realmente nerviosa y se me descontroló todo. Tarde pero tarde, quizás. A “seguro” no me le atrevo todavía.

Y también para que sepas que sigo viva y estoy mejor, y que me gustaría invitarte a tomar un submarino para hacer todo al revés de esa otra oportunidad.

Pasa el tiempo, gira el mundo, todo eso. Quizás ya estás casado. Si es así, disculpame. Lo dejamos acá. Pero quería contarte que en terapia hablo de vos muy seguido y que no estoy mudando los datos de ningún teléfono. Nadie revisa los mensajes cuando hace eso.

Quiero verte porque sé que puedo hacer las cosas bien. O no un desastre.

Perdoname por los errores con los que no tenías nada que ver pero yo les puse tu etiqueta y fueron a tu mochila, nomás.

Quiero que me conozcas. Yo me estuve explorando y no sé si llego a parque de diversiones pero debo tener al menos dos hamacas.
Te invito a la de acá al lado.

Si no querés, todo bien. Pero mirá que las mejores historias partieron de segundas oportunidades y tengo varias de estas píldoras de información incomprobable para contarte.

Te dejo mi celular. Aunque no lo creas, es la primera vez que digo eso. Estoy diciendo mucho (quizás de más) porque me levanté del diván envalentonada y no quiero que se me vuele.
1157820014

Felicitas.


Me causó gracia lo de: “si estás casado…” ¿Tengo cara de ser alguien que se case? Bah, una vez con una ex hicimos una “ceremonia” de compromiso en el Machu Pichu. A los tres meses me dejó por su profesora de tela. Si yo te digo que las viví todas, apretá el pomo.

Pasaron (solo) tres meses, no cambió mucho mi vida pero me alegra que la tuya sí.

Mirá, el domingo tipo cinco de la tarde voy a hacer una función de títeres en la plaza que está a la vuelta del supermercado. Venite y después submarineamos. Me vendría bien un adulto en el público. Te tengo que advertir que las mujeres se me tiran encima después del show, todas quieren que les haga perros salchicha y calesitas con globos. Como un rockstar, pero nada que ver.

Te espero, Feli. Te espero mucho.

Besos.

Esteban & Julia

Esteban, disculpame la irrupción. Busqué tu mail en el sitio de la firma porque no logro dar con vos por teléfono y necesito hablarte. Sé que las cosas se enfriaron y también que nunca tuvimos esa conexión que creo que los dos alguna vez conocimos, así no fuera entre nosotros. Por eso te alejaste y no te lo reprocho, fue sano, fue una buena decisión. Vos sos padre, yo soy madre. Supongo que Claudia nos presentó para que pasarámos el rato no solos. Las personas en pareja tienen una idea fija y es que los solos somos infelices. Yo lo pensaba antes de enviudar.

Estuvo bien lo que fue y está bien así.

Todo este preludio es para decirte que no te escribo para buscarte, para volver a vernos. Pero tengo que decirte lo siguiente: tengo un atraso, Esteban. No, ni siquiera. Estoy embarazada. No sé cómo pasó. Yo ya tengo 43, mi hijo mayor acaba de empezar el cbc, estoy muy angustiada con la situación.

Mi cabeza piensa más rápido de lo que puedo tipear. La idea de un aborto me hace doler la panza. Cuando falleció Juan Cruz supe que ya no iba a formar otra familia porque una parte de mí se había ido con él. Lo perdí muy joven, tuve que juntar mis pedacitos y hacerlos encajar en donde no iban para seguir adelante. Y ahora me veo en esta situación con vos, que sos un buen tipo pero a la vez un completo extraño. Y un encuentro para matar la soledad me dejó, nos dejó acá parados. Nunca nos quisimos volver a ver porque contra todo pronóstico, estamos bien solos; entonces te lo tengo que contar por mail.

Por favor, comunicate conmigo.
Realmente no sé qué hacer ni cómo seguir.

Julia.


Hola, Julia. Cambié mi número de teléfono, de todos modos conservemos este medio para comunicarnos.
La noticia me cae como un balde de agua helada. Un test de embarazo positivo es mucha información autocontenida. ¿Estás segura de que ese hijo es mío? No pretendo sonar hiriente, una mujer sin pareja estable tiene absoluta libertad para tener la cantidad de relaciones sexuales que desee, con quien desee, cuando desee. Por eso, porque respeto el libre albedrío, hago hincapié sobre el punto.

Supongamos que sí, que estás gestando un individuo con mis genes.

Seré completamente sincero: tener un hijo ahora está fuera de mis planes. Si el vientre fuera mío, ya lo hubiera abortado. Te invito a reconsiderar la opción, quizás el dolor de panza te lo genera el mismo embarazo. No tenemos la vida de dos adolescentes que un verano en la playa cometieron una negligencia, somos dos adultos y debemos actuar como tales. Los errores se enmiendan con decisiones firmes, no fáciles, firmes. Incluso entra en juego tu edad, estás poniendo en riesgo tu vida. No le encuentro ningún sentido lógico a continuar con esto.
Lo que tenés que hacer es eso, abortarlo. Conozco una clínica privada de excelencia en donde realizan el procedimiento de forma confidencial y estoy dispuesto a hacerme cargo de los gastos. Antes del fin de semana podrías sacarte el problema de encima. O de adentro.

Si la opción más coherente no termina de convencerte, te aclaro que no me voy a hacer cargo de la criatura. Vas a tener que presentar una acción legal y voy a hacer todo lo que tenga a mi alcance para dilatar el proceso hasta que te resulte tan frustrante que prefieras que crezca sin padre.

Acabo de volver a convivir con mi ex mujer, estamos plenos y felices. Ella me preguntó si durante nuestra separación había conocido a alguna mujer y se lo negué, cree que me mantuve sin tener relaciones en ese periodo. Me creyó. Todo volvió a la normalidad. Estoy con mi familia, como corresponde. No voy a manchar mi apellido por un polvo sin forro, ni se lo voy a regalar a nadie.

En cuanto me des el OK te mando los datos de la clínica.
Saludos,
Esteban.


Disculpá la demora, tuve que volver a mí para sentarme a responder.
Justamente, Esteban, somos dos adultos con conciencia de responsabilidad. Pero lo que más me llama la atención es que, teniendo hijos, pienses en esto y decidas negarle la paternidad a un chico. Digo: leer, digerir, cuestionar, y definir que preferís que un niño recorra todos sus logros, frustraciones, angustias y cambios sin un papá.

Dejá, Esteban. Ya pasaron meses. Supongo que tuviste miedo de que estuviera armando alguna estrategia para llevarte del cuello a Tribunales. No tengo ningún mapa y no sé por dónde conviene ir. No hay ninguna cruz roja encima de tu cara ni pretendo exprimir tu caja de seguridad hasta que sean bolitas magnéticas que pueda pegar en la heladera.
Y si lo tengo, si lo leo, no estás. Ni al derecho ni al revés ni en ningún extremo.

Es tuyo, no estuve con nadie más. Puedo pedirte una prueba de paternidad y resolver todo con un hisopo.

Voy a tener a este hijo y ni se te ocurra querer saber de él en algún momento. Entre sus hermanos y yo haremos todo para que sepa que familia es la que te quiere y te cuida, no solamente la que comparte tu sangre.
Voy a darle todo mi amor, no te creas.

Tomo este desafío como una forma de aprender a valorar las sorpresas, como una manera de que el miedo a lo inesperado no me haga olvidar quién soy, qué soy, de dónde vengo. Soy una buena persona, mujer y madre. Estoy orgullosa de poder con todo lo que puedo y de aceptar que con todo no se puede. La vida no te pone en frente nada con lo que no puedas lidiar.

Además, te soy honesta, toda tu clausura emocional me repugna. Mejor quedátela.

El día de mañana te vas a encontrar pensando en que hay alguien en el mundo que existe por vos, que está creciendo sin vos y te vas a preguntar si te necesita. Peor, te vas a dar cuenta de que vos lo necesitás. Lo vas a querer tener en brazos y va a ser tarde. Enseñarle a sumar y va a ser tarde. Comprarle un par de zapatillas de hace cinco talles.

Dejá, Esteban. No hablemos más.
Tengo un varón del que ocuparme.

Va a ser muy feliz sin vos, no te creas.


Hola, Julia. Mi nombre es Fermín Rodríguez y tengo 30 años. No me conocés, no te conozco. Llego a vos gracias a una intermediaria. No tengo mucho más que tu mail y un: “escribile a ella”.

Mi papá, Esteban Rodríguez, murió el sábado de un cáncer de pulmón que lo tuvo agonizando durante varios meses. El viernes a la noche, en terapia intensiva y con lo que le quedaba de aire, pudo decir: “hace 14 años tuve un hijo, hablá con Claudia.” Esas fueron sus últimas palabras.

Claudia no quiso darme información pero me aclaró que ella no tenía nada que ver y que vos eras su amiga, que tenía que hablar con vos.

Estos juegos de misterio no me gustan así que te pido por favor que si hay algo que yo deba saber, me lo digas. Estoy caminando por las paredes, por favor escribime en cuanto veas este correo. Es urgente. No entiendo nada, la confusión le gana a la tristeza, y mirá que ando juntando pedazos de mí por la casa.

Fermín.


Justo esta mañana, antes de leer tu mail, me subí al subte en Angel Gallardo y detrás mío subió un chico de, dijo, 15 años. Pedía para comer mientras contaba que la mamá se había muerto hace algunos años, que lo había maltratado y le robaba lo que él conseguía para comprar droga; y el papá los había abandonado hace más. “Cuiden mucho a sus hijos” decía mientras pelaba una banana que alguien que estaba sentado le convidó.

Me dejó tan tarada la situación que me pasé de Malabia e hice todo hasta el final del recorrido.

Fermín, soy la mamá de tu hermano Santiago. Tiene 14 años, los dientes chuecos, todas las remeras de Messi que se venden en el mercado y los cuidados para conmigo y sus hermanos más lindos que puedas imaginar.

Tu papá y yo salimos hace muchos años. Sucedió Santiago, en ese momento en su mínima expresión, y justo tus papás volvieron entonces él decidió priorizar ese proyecto.

Sufrí mucho al criar a Santi sola. Pero los chicos me hicieron el trabajo tanto más fácil que la angustia se erosionó sin que me diera cuenta. Curioso, quizá no tan, como la propiedad emergente ‘familia’ puede sacar a flote lo que sea.

Claudia me contó que tu papá murió y todavía no pude decírselo a Santiago. Él sabe la historia, al menos las partes importantes y menos complicadas de asimilar. Pero no sé cómo decirle que ya no va a poder conocer a su papá.

De más chico me preguntaba si le gustaba jugar al fútbol, si era de Boca y de qué trabajaba. Para ese entonces tu padre ya era un hombre más bien grande, con lo cual me pareció insensato volver a intentar una conexión. Supuse que no iba a querer saber nada, como no quiso saber nada hace 14 años.

Pero tu papá y el papá de Santi son, en desempeño, personas distintas. Incluso el hombre con el que salí hace 14 años y el papá de Santi lo son. Es sano saber separar.

Mi hijo sabe que existen Lucas y vos. Pero tengo entendido que Lucas vive afuera, ¿no?
En fin. Si querés, podemos concretar un encuentro. Yo creo que a mi Santi lo haría sentir muy querido. Eso es algo importantísimo para mí.

Si no querés o es mucho para vos, te voy a comprender. Lo que no quiero es que te acerques y después te esfumes. Estamos todos grandes como para tirar un fósforo sobre ese charco de nafta casi seca. Sufrir dos veces, no.

Mañana a la tarde, Sancho juega al fútbol en frente del Club Ciudad. Termina a las 7. Si querés, nos vemos ahí o nos encontramos nosotros un ratito antes para tomar un café.

Lamento mucho lo de tu padre. Sé que a pesar de haber visto solamente su gran espalda todo este tiempo, era un buen hombre.

Julia.


Julia, estoy intentando asimilar la información y mi cabeza es una licuadora. Esta mañana tuve terapia y la sesión terminó durando dos horas y media. No lo puedo creer, no lo puedo entender. Me siento parte de una mentira, de una puesta en escena, de una farsa. Mi viejo se la pasó dándome consejos de padre (mi Selena nació hace dos meses) y resulta que tuvo un pibe del que nunca se hizo cargo. Tengo tanto odio y preguntas que voy a explotar. ¿Por qué nunca nos dijo nada? Estoy en una pesadilla y no me puedo despertar.

Lamento lo que tuviste que atravesar pero me genera rechazo que hables de nosotros como si nos conocieras. Lucas vive en España y yo no puedo dejar de pensar en cada día de mi vida como si buscara pistas que no vi, señales evidentes que pasé por alto, indicios obvios que mi ingenuidad descartó por no querer creer.

No me cierra, nada me cierra. No entiendo. No sé qué sé, qué me ocultaron, todo me ocultaron.

Pienso en mi mamá, en cómo lloró frente al cajón, en cómo va a reaccionar cuando se entere de esto.

Quiero volver el tiempo atrás y obligarlo a que dé la cara. Lo odio por su cobardía. Lo extraño cada noche. Es mi papá.

Me siento parado en una avenida, lo que me pasa por al lado va muy rápido y no sé para dónde correr porque todo me puede chocar.

Sí, lo quiero conocer. Primero te quiero conocer a vos, después a él. Necesito respuestas.

Te encuentro en el café que está al lado del Club Ciudad a las seis.

Decime cómo sos. Perdoname si me estoy yendo de la línea. Tengo el cerebro en pausa.


Esto es difícil para los dos, Fermín. No me atrevería a hablar de más sobre ustedes. Sé lo de Lucas porque la segunda vez que nos vimos tu papá y yo, él venía de celebrar que le habían dado la visa a su hijo mayor.

Nos encontramos, si te parece, a las 5. Llevo una camisa floreada y la cabeza llena de rulos.

Te espero poco preparada, supongo que estaremos en igualdad de condiciones en ese sentido.

Julia.


Julia,
Llevo una camisa a cuadros y los mismos dientes chuecos que debe tener tu hijo.
A las 5, entonces.

Camino por las paredes de la ansiedad, o también conocido como Fermín.

Estefanía & Gaia

Mirá Gaia si a mis 28 años estoy muy gorda o dejada, si soy un tanque australiano que no se tiñe y usa pantalones de algodón que no le combinan con los remerones que compra en la feria, si parezco una vieja asquerosa, ES UN PROBLEMA MÍO.

Quizás no te enteraste pero tengo un hijo de 4 años que va a la salita verde con el tuyo y además una beba de un año que está empezando a caminar. Perdoname por no ser la flaca diosa que te gustaría cruzarte, hago lo que puedo. Estoy todo el día encerrada en mi casa cuidando a mis hijos. Mi marido trabaja hasta la noche y no tengo ayuda, soy yo sola para todo. No me da el cuero para contratar una niñera e ir a rascarme la concha a pilates como hacen algunas.

Para ponerte un poco en contexto a vos que sos perfecta te cuento que mi mamá está muerta y mi suegra tiene artrosis, mi hermana vive en Jujuy y mis cuñadas se hacen las boludas cada vez que les pido que me miren a los nenes aunque sea una hora para ir al dentista o al ginecólogo.
Tengo una casa y una familia que mantener, si me estoy olvidando de mi vida es porque no tengo otra opción. Vos te pensás que mi sueño es cambiar pañales y amamantar? No te confundas.

Así que la próxima vez que se te ocurra comentarle a las otras mamis que me ves muy “descuidada”, limítate a cerrar el culo. Que no esté pelotudeando cuatro horas en la puerta del jardín de infantes no quiere decir que no me entere de las cosas. Cuando yo llego a mi casa la empleada no me espera con la comida lista, eh.

Cariños,
Estefanía.


Ah pero mamita lo único que falta es que vengas vos a decirme qué puedo y qué no puedo decir. No sé de dónde sacaste mi mail pero esto es tan imbécil, si te molestan las cosas no dichas de frente, me hubieras encarado ayer a la salida del acto. Te vi en el kiosko, me viste en las escaleras de la entrada.

Dije que estabas descuidada y que te vestías como si todo el tiempo estuvieras llegando tarde. El relleno de descripción no lo di, eh, ojo ahí con tu fuente que capaz mechó un poco de apreciación personal.
Estás todo el día en tu casa cuidando a los nenes, pero al fin y al cabo estás todo el día en tu casa. Cada tanto podrías meter, no sé, DIEZ abdominales. UNA ducha. Todo esto parece una forrada, y lo es, me importa poco, pero también es para cuidarte de lo que venís siendo en el último tiempo. El sobrepeso no es sólo antiestético. Y antes de la nena también lo tenías. Es preocupante. Dale, Estefanía, ¿me vas a decir que te mirás al espejo y sonreís?

Ni siquiera te digo que lo hagas por Gustavo. Por vos hacelo. Una crema para la cara comprate. Un acondicionador.
Yo soy una turra pero también soy re copada para estas cosas. Si querés un día vamos juntas a la peluquería, o a stockearte de artículos de belleza.

Si no, mandame a la mierda. Pero no te refugies detrás de esa excusa barata que dice que ser madre es abandonarse por completo.

Te veo mañana a la salida.
Procurá no dejarlo en doble fila porque siempre entorpecés el paso.


Te busqué en la salida pero no te encontré y como no tengo tiempo para perder me volví a mi casa a atender a mi familia.

Lo que me pasa cuando me miro poco debería importarte pero ya que preguntás, no sonrío ni voy a hacerlo nunca. Y ni siquiera necesito un espejo, tengo el mejor reflejo en la mirada de los que me rodean. La tristeza, el desprecio, la lástima. Les molesta que esté, que exista, que les respire al lado una gorda que debería depilarse las cejas, ponerse perfume o vestir ropa mejor.

Para qué voy a hacer 10 abdominales? Para tener un lomazo mientras trapeo el piso o plancho camisas? Para que el sodero me mire con ganas? Para que en el barrio las fracasadas que venden por catálogo me envidien la silueta? Por favor, no seas ridícula. Mi vida es un círculo vicioso de obligaciones de mamá, mi vida ya está perdida. Prefiero hacerme un bizcochuelo de chocolate y terminarlo esa misma tarde mientras miro la novela.

Claro que las mamás que trabajan, estudian, van al gimnasio y atienden la casa son maravillosas, las felicito, bravo ellas. Qué bien. A los cuarenta les agarra un cáncer del stress que las deja secas en una camilla de sanatorio. Te pensás que el cuerpo no pasa factura? Yo hago todo lo que me corresponde para mis hijos y hasta ahí me da la energía.

Te agradezco la oferta pero los productos de belleza mejor dáselos a la seño, como solés hacer para que le tenga más paciencia a tu hijo al que le cuesta un poquito más que al resto.

Y antes de hablar de Gustavo deberías fijarte si tu Edgardo tiene de dónde agarrar o si necesita llenarse las manos con esa secretaria rubia que lo acompaña a todos lados.

Cariños,
Estefanía.


Ay pimpolla blanquearme a mí que soy cornuda es como aclararle a alguien que este pendejo que va al B, ariel djsbdfhswrtysagbdjdbsinsky, es judío.

Vos y yo, mal que te pese, somos de la misma calaña. Pero yo no nado en mi angustia, no le dejo la forma de mi sentar al vacío existencial de la infelicidad que se presenta como eterna. Hay que surfearlo todo. Es la única forma de que el aire que viene limpie las gotas de los ojos.

El cuerpo no pasa factura. El cuerpo vive enfermo pero lo disimula de a ratos. Hay que comprar cualquier ilusión de bienestar, es la única manera de sobrevivir.

Te invito un café el martes antes de fútbol. No vengas crota. Charlemos.

Xoxo-


No pienso darle entidad al discurso de una cornuda consciente, seré fea pero no estoy loca.

Cuatro consejos no me van a hacer perder treinta kilos, Teresa de Calcuta de la balanza. Los peines se pasan de arriba hacia abajo y la cera depilatoria se calienta a baño maría, ¿alguna otra iluminación?

Limitate solo a lo que abarca tu vida porque el mundo va a seguir girando más allá de tus opiniones sobre los demás.

Estefanía.


Gaia, hola.
Mirá, la relación con Gustavo pende de un hilo y anoche me dijo que así no podía seguir. Tengo miedo de que me deje, no lo quiero perder.

¿Podemos tomar ese café hoy antes de futbol?
Pedir ayuda no es mi fuerte pero sola no voy a poder salir del pozo depresivo en el que me hundí. Recién ahora puedo entenderlo.

Ojalá todavía quieras.
Estefanía.


ay pero sí negri, no hay problema.
Te entiendo, todos los días hay que encontrar la forma de conquistarse y a veces es agotador.
Verse bien ayuda a sentirse bien. Esto no está en el folletito de Avon pero debería. Porque suena frívolo, porque lo es, pero también es cierto.

Te llevo una cartera que me compré y después me di cuenta de que ya tenía. Con tu piel te va a quedar ideal.

XO,
g.

Juli & Bele

Bel, te escribo porque no sé por qué. No tengo motivo. Tengo un tiempo muerto y me puse a pensar en que mirá si sale todo mal. Ya tuvimos que corregir cosas, que toquetear los textos, que cambiar los sobres y ni siquiera anunciamos el evento. Mirá si imprimimos todo y termina nivelando mesas, o juntando polvo en alguna baulera.

Ya sé que estoy exagerando y me tengo que calmar, más que nada porque me gusta lo que hacemos. No, más que nada porque confío en lo que hacemos. Pero te comparto el cagazo porque estoy segura de que vos vas a saber patearlo a la mierda.

Así que acá está, todo tuyo. Te pido, una vez más pero ahora fuera de cualquier ficción, magia.

Juli.


Deosa del Olimpo y de todo lo que toca el sol,
Yo tengo cuatro cagazos. Al grande le puse Cuca. En la madrugada me desperté y empecé a pensar en el evento. No sé ni qué hora era, no quise mirar para no deprimirme. ¿Acaso los nervios previos han tocado mi puerta? Sí, bienvenidos, nadie los esperaba (o no tan pronto, todavía faltan algunos días). La cosa es que di cinco millones de vueltas en la cama, qué molesto cuando ninguna posición te queda cómoda. Es como si bailaras en posición horizontal, que pierna para acá, que brazo para allá. Me tapo y me destapo. Meneo. 5, 6, 7, ¡va! Te sobra todo el cuerpo.
Cuando logré conciliar el sueño, tuve una pesadilla. Un éxito tras otro. No se jode con las madrugadas malparidas, siempre te pueden hundir más. Espero que sea un episodio aislado y no una seguidilla porque las ojeras que voy a tener el 5 le van a hacer los coros a León.

Yo también confío en lo que hacemos y comparto tu no-calma. Pensemos que es el primero, el piloto, se nos permite fallar. No arruinarlo, pero sí fallar. Tengo miedo de que no vaya nadie y también de que vaya mucha gente. Desde esa incoherencia en adelante, imaginate. Pero más allá de todo este guiso de inseguridades, soy feliz de estar compartiendo esto con vos. GOMA PERO CIERTO.

Ya le respondí a Flor cuestiones de la capacidad y le pasé la fecha, dirección, etc. Le tengo que preguntar a los actores si se copan con dos lecturas en vez de una (no creo que haya problema) y linkearles los intercambios para que vayan practicando.

¡¡¡NO SABÉS LO QUE ME PASÓ!!!
Anoche cuando volvía de tu casa, salgo del subte y voy a esperar el colectivo. Como había mucha cola y ya era tarde, opté por un taxi. Me gusta conversar con los choferes porque suelen tener anécdotas increíbles, así que le saqué charla. El que manejaba resultó ser el primo del Tata Martino, ex futbolista, padre de un luchador de WXMSSHJXA (letras que no recuerdo de un deporte que desconozco), etc. La charla venía fluida hasta que me explica que estaba divorciado y que no conseguía pareja porque: “no hay mujeres buenas”. Me llamó la atención, ese discurso siempre lo escucho al revés. Y agrega: “si tuviera veinte años menos no te dejo libre”. Ahí entendí que mi buena onda estaba siendo interpretada como ganas de coger, o algo de ese árbol genealógico. Me sentí intimidada. Le frené el avance en seco y a partir de ahí se generó un bola energética de mala onda que no me esforcé en destruir.

Imaginate mi estado de alerta, iba escribiendo en un chat cada cosa que sucedía. Nombre, patente, empresa, descripción física, audio con la voz. Lo normal, digamos.

Después de un par de cuadras me elogió los ojos y las cejas, me preguntó a quién salía y estuve a punto de responderle: A MI PAPÁ SWAT QUE ODIA A LOS TAXISTAS Y CONTRATÓ UN FRANCOTIRADOR QUE TE TIENE EN LA MIRA, pero solo respondí las primeras tres palabras.

Cuando ya estaba por llegar se atacó contra las mujeres de nuevo porque todas somos muy débiles: “que muy fuerte no que me duele”, “que despacio que se va a pinchar”. Eso dijo, como burlándose de nosotras. Esas dos frases. Arcadas me dio el viejo decrépito.

Soy cero combativa así que lo dejé que hablara sin emitir opinión, incluso cuando buscaba complicidad. Podría haberle caído con los argumentos lógicos para demostrarle que era un idiota, pero te juro que en esa situación preferí dejarlo en su mundo de imbecilidad. Me sentía en inferioridad de condiciones, no quise darle una cátedra sobre feminismo. Después me arrepentí. No sé muy bien cómo se actúa en esos casos, si enojar al forro o dejarlo que hable solo. Estábamos en un auto, yo andaba sola y él conducía.

Cuando me bajé, valoré estar viva y lejos de ese taxi del infierno.
Nada eso. Audio de: “nadie te preguntó”.


Noooo, qué espanto. Lo terrible es que es tan común. Hay una coincidencia que, como todas las coincidencias que atravieso, decidí construir: un segundo antes de abrir el mail vi pasar una publicación en facebook de una captura de pantalla de una piba a la que le había escrito el taxi que llamó por la app para preguntarle si era ‘escort’, ella le dice que no y él le ofrece dos lucas. Ser mujer es, por sobre todas las cosas, sobrevivir incómoda.
En fin, me alegra que estés viva, un poco porque te aprecio, bastante porque te necesito.

Yo te cuento lo que me pasó a mí: ayer mi papá vino a hacer tiempo a mi casa para después ir a comer y, como se vio las uñas muy largas, me pidió un alicate. Se lo doy y se queda charlándome con la puerta del baño abierta mientras está chic, chic, chic sobre el inodoro. Termina, me devuelve el alicate, lo guardo. Al ratito voy a hacer pis, me siento en el inodoro, hago pis, me limpio, etcétera. Tiene un destino esta historia, lo juro. Más tarde bajo a pasear a Palta y siento un pinchacito en cada pierna. Me tanteo con la mano libre: TENÍA DOS UÑAS DE MI PAPÁ ENTRE LA PIEL Y EL JEAN. El elastizado no puede sino jugarte una pala pasada. Eso debería decir en la etiqueta.

Bueno, di la vuelta a la manzana y cuando volví me desnudé (eeeepa*) y me las despegué (*ah, no).
Si había alguna cepa de Edipo, ya la expulsé.

Bueno, sobre el evento, yo hoy a la tarde voy a ver hojas para las cartas. Me encantaría tener linda letra para estar escribiéndote esto a mano. Pero bueno, Fito dice que una iglesia es como un circo y yo que un correo es un museo. Odio que eso rime. La rima se inventó para ser cantada o recitada, escrita queda tan pedorra.

Ahora que lo pienso, no sé si alguna vez mandé una carta por correo.
Canto pri (?) los envíos para cuando saquemos 3l l1br0.

En un rato te mando fotos de las hojas por whatsapp y me decís qué opinás.
Estoy que no puedo más. Evalúo ponerme pañal para adultos.

#JovenesPorDentro


A mí me sucedió algo desagradable pero dos pedazos de uñas ajenas en la piel también entran en la categoría. Ya quiero conocer a tu papá, le voy a agradecer la buena onda (desde lejos y sin alicate, por las dudas).

Hoy mi papá me preguntó cómo me había ido en la guardia, y mientras le contaba que me tienen que operar, me largué a llorar. A ver, es una cirugía simple que involucra cero complicaciones, pero me sensibiliza la situación porque tener hemorroides es medio tabú, y EL DOLOR que estoy sufriendo no podría describirlo. De verdad, me toma por completo. Ya me inyectaron diclofenac y corticoides, ¿qué sigue en la lista? Me doy con todo lo natural y farmacológico, estoy a media hora de empezar a rezar y a dos de unirme a un suicidio en masa.
Bueno, la cosa es que yo, con toda la emocionalidad que traigo a cuestas, con el grado de exageración que manejo en mi vida, le comento a mi papá y se me caen unas gotas lógicas por la paja que implica la situación. ¿Acaso me abrazó? ¿Acaso dijo que me amaba y que todo iba a estar bien? No. ¡ME CAGÓ A PEDOS POR LLORAR! Y lo más gracioso es que ese trato militar abusivo y contraindicado me calmó. Mi Edipo sigue tan intacto como siempre, no doy más de hija del rigor.
Sigo sin tener un abrazo pero ya tengo un turno con un proctólogo y psicóloga el martes. Más o menos lo mismo.

Si inconscientemente “me generé” esto a modo de “somatizar” los nervios de evento, soy una genia porque funciona. ¿Mala suerte o estrategia corporal? No sé, pero ahora me preocupan más cosas, por lo tanto todo me preocupa menos.

Yo le mandaba cartas por correo a un amigo que vivía lejos cuando tenía trece años. Igualmente el teléfono de línea estaba en su pleno esplendor y teníamos el mismo código de área, por lo que también usábamos ese medio. Pero bueno, la carta tiene otra magia. ¿Escribimos un blog? AH RE.

Espero todos tus WA, los actores ya me confirmaron las dos lecturas y les pasé los intercambios, León confirmado para los temas, me faltaría hacerle un recordatorio al clown para refrescarle el plan.

¿Cuándo armamos el evento en Facebook? ¿Ya le avisaste a tu prima por el stand?
Tendríamos que rever el tema de la cronología. No porque quiera cambiarlo sino para ajustarlo. Eso se puede hacer hasta el mismo día, un rato antes.

¿Armamos una hojita de Drive con lo que vamos a decir? Para no saltear/confundir agradecimientos.
Ahí te ves.


No te podés unir a una masa suicida porque ya hablamos de que ninguna puede morir. Eso tiene su encanto en la lectura del sentido común, pero es completamente mercenario. No te morís porque no se puede acabar el proyecto, y punto. Wow, qué firme se puede sonar por mail. Con razón hay tanto forro que no da la cara. Quizás es para que las dudas no lo tomen a uno de sorpresa y le venzan las rodillas.
Julieta: justificando cobardías since 1991.

Respecto de la operación, las hemorroides y la mar en coche, es pasar la tormenta y rodearte de la gente a la que la adversidad no la convierte en una pieza de rompecabezas que no encaja por ningún lado y sólo hace inútil fuerza hasta falsear. No sé si somos los más, pero sé que somos los suficientes. Sé que no somos tu papá (¿O SI? ¿TE IMAGINÁS QUE DE REPENTE DE ENTERÁS DE QUE SOY TU PAPÁ? Star Wars LGBT, es un idéon), que nadie más lo es, pero hay que intentar respirar profundo y tomar de cada quien lo que sabemos que nos puede dar. Si exigís más, o el otro imposta una sensación que no le corre o vos te decepcionás. Y es una cagada eso.

Si te hace sentir remotamente mejor: yo me tiré un pedo de concha en pilates hoy. Nos hicimos todos los boludos y pasó.

A mi prima ya le avisé. Creo que va a estar Flor también con el tema tarjetas, tenemos que terminar de definir eso.

¿Ahora cómo te sentís? ¿Qué te dijeron además de lo de la operación? Cuidate porque [volver al inicio].

Mañana nos ponemos con el drive sobre qué decir, te lo juro por ésta*.
*Palta.

Besos.


Por suerte ya pinché la piñata médica, logré que me hagan un procedimiento de urgencia y fue todo mucho más simple y ambulatorio de lo que imaginaba. Mi papá tenía razón, nunca se lo digas. Lo inmediato fue resuelto y en dos semanas le pregunto al médico cómo seguimos. Quizás sí necesite una cirugía o puede que zafe. Estoy mucho mejor pero EL DOLOR, Julieta. Evoco tu nombre completo para poner la intensidad en contexto.

A todo esto, cuando entré en el quirófano, la anestesista abrazó a la enfermera y empezó a consolarla, parece que se había separado de su ¿novio? No sé, en pleno clímax de la historia ENTRA EL MÉDICO Y ME DUERMEN. Cómo me van a hacer algo así. Creo que eso fue más cruel que todo lo otro.

Voy a no morirme. Vos también y tampoco.

Amo que siempre terminemos hablando de nuestros padres o de nuestra condición de hijas de un divorcio. Es difícil porque las decepciones están en el mismo estante que las expectativas, y a veces querés agarrar un tarro y se te viene todo encima. Sé que cuento con todos y con vos, que sos más parte de mi día a día que mis propias zapatillas. Me hace muy feliz esto (poquito que) tenemos y más haberte conocido en profundidad.

Ya vi todo lo del Drive y está perfecto. Estamos omitiendo un punto clave: ¡¿qué nos vamos a poner?! ¿Nos compramos la misma ropa y vamos iguales? ES CHISTE.

Mi psicóloga no va a poder ir porque está de viaje pero nos deseó mucha suerte y va a compartir el evento en Facebook. Se puso re contenta cuando le conté (¿?)

Seguimos en contacto por los otros medios de comunicación *le manda una paloma mensajera*
Te quiero mucho, amiga.


“No me Olvidé de Vos, en vivo”. Sábado 5/11 a las 18hs. El Piso Teatro y afines: Hidalgo 878, CABA. La entrada es gratis. Van a haber cositas lindas para llevarse sobre algunos intercambios, y artistas en escena. Los esperamos con más ansias de las que sabemos controlar.

Benjamín & Yanina

Tiru tiru plin plin! Algo así hace tu iPhone cada vez que te llega un mail. A mi amiga Thais se le ocurrió el timbre con contestador, vos vas a la casa de alguien y si no está, le dejás un mensaje grabado. ¿El invento del siglo? Cómo saberlo. Señorita, tiene un correo electrónico. Bueno, QUIÉN LE DICE ASÍ.
Me reporto para hacerte unos comentarios, unos appetizers (amo esa palabra por lo pretenciosa, la escribo en cualquier lado). No sé cómo tocar el tema, sí la guitarra, pero este tema no es una canción. No te puedo seguir el ritmo.
¿Eh?
Le mostré una foto tuya a mi hermana, te quería conocer. Me dijo que sos re linda (ninguna novedad) y que la cartera que llevabas colgando del hombro cuesta $5000. Ahí me cayó un fichón. Fichita, fichata, fichotEEEPPPAAA.
Hago estos boluchistes para cortar con la tensión del tópico en cuestión. A ver, sería algo así: se empieza por lo bueno, sos toda genialidad y olor rico. Se termina por lo malo, no me da el cuero para bancar los trapos.
Mi pequeño sueldo de docente recién iniciado no me deja resto para mucho más que lo indispensable. Cuando sume antigüedad, cargos titulares y una sinfonía de etcéteras; seré tan millonario como el chocolatero que nos cuida desde el cielo de Miaaammmeee. Por ahora, la gaseosa es un lujo.
Un departamento a mi nombre, un auto y millas de viajes por el mundo para mí son todas aspiraciones inalcanzables que vos ya acumulaste. Está perfecto, no lo digo como un ataque, al contrario! Nadie debería avergonzarse por lo que tiene. Pasa que odio que siempre paguemos a medias, me encantaría invitarte pero nunca llego. Hasta me da vergüenza sacar la de débito mientras que el de al lado toma frula con la tarjeta de crédito gold black blue platinos y diamantes.
En los lugares a los que podría llevarte no encajás, por eso siempre te dejo elegir, pero se me está complicando la economía. Este primer mes estuvo súper, pero no podría repetirlo. Digamos que me excedí y cada minuto valió la pena, pero mi sueldo no me deja ser tan feliz. Ayer salimos con tus amigos y cuando dividieron la cuenta, me corrió un frío por la espalda que mamita querida. Ahora se viene tu cumple y… ¿qué te voy a regalar? ¿Una canción? Sí, bueno, pero no puedo empatarla con un buen par de zapatos.

Creo que estamos a tiempo de darle un final a esto copado que venimos generando. Antes de “formalizar”, de que pase mayores, de que nos enganchemos y sea todo drama por aquí, drama por allá. Hay un pedazo de mi orgullo masculino que está siendo pateado en el piso cada vez que te acepto la mitad de todo. Ya sé que es una regla patriarcal más boluda que el agua de los fideos, pero también es halagador invitar y regalar. Y, de verdad, no puedo seguir gastando así, ni siquiera la mitad. No otro mes, no para siempre.

Además ya me conociste las cinco camisas, a partir de ahora tengo que repetir hasta infinito punto rojísimo. Una es de 2003, no digas nada.
Yani, sos más lindisima vos. Hiciste todo bien. Perdoname.

Benja.


Si siempre me dejás elegir, dejame una vez más: no terminemos. A mí me encanta estar con vos. Vayamos a donde quieras o no vayamos a ningún lado. Yo salgo porque es lo que conozco, porque somos animales de costumbre, no porque me haga falta para ser feliz o siquiera me guste en particular.

No te exijas porque pensás que si no es con lujos no me tenés. (Y dame algo de crédito, además.)

Si no me banco la austeridad, prometo decirlo. Pero prefiero estar con vos en el sillón que con cualquiera en el bar de un hotel. Hoy, por lo menos.

Dejame elegir hoy por sobre quién sabe qué.
Dale.


Flitds flitds! Algo así hace mi Nokia 1100 cada vez que me llega un mail. Bueno, no es un Nokia 1100, peeero.

Qué cortita y concisa. Me gusta porque escribí un choclo de dos millones de líneas y con cuatro oraciones cerraste el sobre y lo mandaste por correo. En el Instituto siempre me decían que me pongo muy redundante y me las ingenio para decir lo mismo una y otra vez. Creo que ese es el error común de los que redactan sin formación, la redundancia. Bueno, qué tiene que ver. ¿Cómo que nadie me lo preguntó?

Acabo de escribir un párrafo que explicaba lo mismo que el de arriba y lo borré. Bracito haciendo fuerza.

Vos me gustás mucho y por eso tenemos que dejar de vernos, la frase ilógica más lógica que existe. Puedo ver un futuro para nosotros, un futuro 2016: que las salidas se transformen en noviazgo. (Lo del casamiento y los hijos no es que esté mal pero no entra en la categoría, lo dejamos para cuando proyectemos el futuro en 2020.)
No sos una piba más en mi vida. Pienso en vos un miércoles a las 3 de la tarde, por ejemplo. Pensar en alguien de día es mucho más que pensar en alguien de noche. ¿Y esta regla, Benjamín? La inventé recién, Benjamín. ¿Estás hablando solo, Benjamín? Jamás, Benjamín.

Bué. Nueve millones de palabras para decir nada, para obviar que nunca voy a poder ni siquiera empatarte en cuanto a lo económico y no quiero que te amoldes a mi estructura porque te merecés todo y más. Tu baño es más grande que mi departamento, por eso nunca te traje. En mi heladera hay medio limón a medio exprimir y uso el jabón más barato, ese que se quiebra al toque.
Ojo, no quiero dar lástima, todo lo que tengo es mío y me lo gané con mucho esfuerzo. Le doy besitos al medio limón, no te vayas a creer.

Yo te dejo elegir pero, por favor, pensalo. Es adaptarte a otro estilo de vida. ¿Eso se entiende? Tener que subir es mucho menos tedioso que bajar, regla no válida para las escaleras, sí para la escala social. Los espacios se achican, las comodidades empiezan a escasear, los problemas son otros. ¿Mirá si hago una salsa y te queda el olor a cebolla frita en el saquito blanco de volados que te pusiste el otro día? Sos, bah, te veo como una princesa. Esto es entre cursi y cosificador, pero tomalo para bien porque te lo digo embobado.

Digamos que quiero prevenir un chasco.

TE DOY VEINTICUATRO HORAS PARA PENSARLO.

Jajajaja! Nah, tranca. Besote, hermosa.

Benja.


Si vos te sentís incómodo o frustrado con la situación y cómo vivo, perfecto, lo entiendo y quedamos acá con buena onda y un par de carcajadas. Ahora, si estás suponiendo lo que me pasa, bastante atrevido. No pongas en mi cabeza pensamientos que no tuve. No proyectes.

Me hincha un poco las pelotas esto porque yo estoy re bien con vos. Asumiendo que había algo que decidir, que para mí no, ya decidí. Me molesta también porque soy más que una cartera cara y un teléfono de última generación. Y me molesta más que no lo veas.

Así que te toca a vos, que sos un príncipe a tu manera, como cada príncipe lo es a la suya. Vos sos un príncipe con billetera de velcro. Quizá el último en los siete reinos.

Te toca a vos, pichón.
Si te hace ruido, monofónico, con la cortina de south park, tilín tilín, plín trdsss; el ruido que sea, si te hace ruido dejamos las cosas como estaban hasta hace un mes.
Si no, basta de estos mails haciéndote cargo de lo que no pasó.

Beso.


En su momento te prometí decírtelo si me pasaba: no puedo con el cuentagotas, Benja. Necesito un poco más de vida afuera de tu livingcuartococina. Me siento la peor por pensar así. Todas las mañanas me concentro para que la balanza se incline para el lado de lo lindo que sos, tu forma de quererme, de mimarme; pero no puedo. Necesito salir un poco. Aunque sea un picnic, no sé, una picada.

Que pague yo te fastidia. Entonces te pregunto: ¿cómo hacemos?


Te entiendo más que nadie, Yani. Este cuentagotas que te frustra, a mí me hace sentir orgulloso. Soy el primero en la familia que se recibió de algo, mis hermanos ni siquiera terminaron el secundario. Los tres viven con mi mamá y laburan de lo que consiguen, yo pude independizarme en todos los sentidos.

No me gusta que me paguen porque lo que quiero lo consigo con mi propio esfuerzo. Miro sin pena todo lo que me gustaría y no puedo tener, no me desvela.

Además estuve pensando y la plata que ahorré para nuestras vacaciones se la quiero dar a mi mamá así arregla la humedad del techo de su pieza. No voy a estar cómodo en una playa sabiendo que a mi vieja se le puede venir el cielo raso encima en cualquier momento. Estoy acostumbrado a no tener vacaciones, no a sentirme culpable. Sé que era un plan que te tenía muy entusiasmada pero ahora mis prioridades son otras.

Vos sos hermosísima. Te merecés todo lo mejor, te lo vivo diciendo. Una manta en un parque con un paquete familiar de galletitas surtidas lo hacemos realidad cuando quieras, pero no creo que esa sea la cara de todo esto.

Ninguno va a cambiar. Ninguno debería. El chasco nos explotó.

Esta tarde paso por tu departamento así terminamos de hablar y te dejo tus cosas.

Perdóname por todo lo que haya que perdonar.
Benjamín.

Marcos & Alexia

Alexia, te juro pero te recontra juro que no me jode que me dejes por mail. Decímelo y listo, terminamos. Con la mejor, con el amor genuino de siempre, con lo que nos deseamos para bien.

No es una aclaración que se suela hacer pero veo que capaz estás,
digamos, distraída de nosotros. Y me parece recontra lógico. Hace un
mes que te fuiste a otro continente y te quedan un montón UN MONTÓN de
meses más. Amo que hayas viajado a especializarte en lo que te gusta,
me fascina tu empuje, tu seguridad al elegir, tu siempre salir jugando
para adelante; pero no sé cuánto podemos aguantar así.

No estoy tratando de cortarte yo, no estoy diluyendo lo que no puedo
decir con halagos que te quedan lindos y te quedan obvios, estoy
intentando contarte que me cuesta bocha pero sin que contarte que me
cuesta bocha te cague siquiera un minuto de tu experiencia.

Tu vida es tuya y yo soy un fanático de cómo la encarás. Yo siempre en
primera fila, vincha pancarta todo; pero siento que somos cada vez más
esos dos y menos novios. Ya no hay parte tuya que sea nuestra, amor.
Tardás en responderme mensajes como si hoy por hoy el huso horario
condicionara. Me retribuis uno de cada diez te amos, uno de cada cien
te extraños. Y viste que lo dicho sigue de largo, pero lo no dicho se
queda cortando el paso.

No sé, no quiero sacar conjeturas. Yo te amo, me gustaría visitarte
más adelante. Te extraño, mucho te extraño. A veces no pienso en vos y
me siento medio perdido. Es como que sé que si estoy pensando en vos,
bien, todo normal.

Me quedó un mail un poco triste. Perdoname, no era la intención. La
intención de cualquier cosa que digo y hago es que seas feliz.
Voy a intentar llamarte mañana a tus ocho y media.

Te amo,
Marcos.


Mrcs,
Tu mail me llegó rarísimo. O le diste al enter random o algo se descajetó en el camino, ¿lo escribiste desde el celu? Parece una poesía contemporánea. Bienvenida sea.
Ayer no te atendí porque estaba en una master class, yada yada yada, vi la perdida tardísimo.

Yo te amo y te extraño. Mucho, todo, siempre. No te quiero dejar y llevo el título de novia con el mismo orgullo que vos la camiseta de Boca cuando birra y tele. No estoy distraída, estoy distante por todo lo que se cae de maduro: océano de por medio, diferencia horaria, actividades miles, Australia que se te mete por los poros y el rompecabezas de trabajar y posgradear lejos de tu tierra linda, la de los cañoncitos con dulce de leche.

No quiero que estés triste, nos prometimos no soltar la cuerda y quiero que se mantenga lo más tensa posible en estos once meses que me faltan para terminar el año. Es mucho tiempo el que nos resta por extrañarnos pero va a pasar rápido, lo sé, lo prometo.

Por otro lado, no puedo darte más. No quiero vivir pendiente del celular, de tus llamados, de tu necesitad.
Siento que este es mi momento de libertad para salir de la cárcel del pasado y abrazar la vida con todo el cuerpo, más que merecido después de lo que me fumé durante mi infancia y adolescencia. Los padres que me tocaron no se los deseo a nadie. No me dejaban ir a cumpleaños infantiles, cualquier piyama party terminaba a la medianoche porque me pasaban a buscar, fui a bailar recién a los dieciocho y después de insistir dos meses. No podía usar escote, polleras cortas, maquillaje ni tomar alcohol… en el momento en el que todos viven la joda loca yo miraba películas en la soledad de mi habitación como un hongo a medio pudrir. Soñaba con tomarme un colectivo y no tener que ver a mi mamá en su camioneta en la puerta del colegio.

A medida que fui creciendo la situación se calmó, pero nunca dejaron de enloquecerme desde el discurso. Que debía recibirme en tal año, que las mujeres de bien hacen esto, que las inteligentes y lindas hacen esto otro. Soy cero rebelde por lo que padecí cada freno con angustia, resignación y buenas notas. No cargo con testículos y sin embargo tengo las bolas llenas, eso lograron.

No pretendo compararte con ellos pero sí ponerte en contexto. De ese potrero de reglas absurdas salí yo.
Ahora estoy en otro país, no tengo que rendirle cuentas a nadie, me valgo por mí misma. No quiero seguir sintiendo esa presión en la nuca de “tener que ser” lo que el otro espera de mí. No quiero vivir pendiente del celular, de las horas de conexión, de responder al instante como una fanática para que el otro no se preocupe por mí.

Eso no quiere decir que no piense en vos a cada instante, solo que descubrí un aire puro hermoso. Me siento como haciendo el hula-hula con un cinturón que solía apretarme. Pero el amor que siento por vos está intacto, más allá del mechupaunhuevismo que me invade.

Claro que te espero, para los seis meses te quiero acá llenándome de esos besos suavecitos que son como una tormenta de escalofríos.

Te amo con el alma, sos el amor de mi vida.
Contame como sigue tu vida allá.
Ag.


Amor, conseguí que en el laburo me dieran un mes en vez de dos semanas! No es lo que habíamos hablado por teléfono, ya sé, pero me tiré el lance y me dijeron que cero drama, arreglé con compensatorios, horas extras, yada yada yada. (¿Yada es etcétera en Australia?, me hago el local pero no estoy seguro. No me mandes el link de LetMeGoogleThatForYou).

Sí, estoy escribiendo todo desde el cel porque la compu te tiene de fondo y muchas fotos tuyas y no sabés lo improductivo que me vuelve extrañarte tanto. Entonces evito lo que parece directo pero no sos vos siendo vos conmigo. Es raro, es boludo; hola, Marcos, un gusto.

Bueno, me alegra leerte tan fresca. Yo estoy a dos o tres días de maniatarme para no escribirte todo el tiempo. No quiero atosigarte. A veces me invaden, como dicen en el noticiero, olas de inseguridad. No quiere decir que no confíe en vos o en nosotros; pero -y espero no implantar esta idea si no la tenés- me da miedo que creas en algún punto que porque te fuiste de novia no estás sacándole todo todo el jugo a la experiencia.

No sé. Son días en los que vengo pensando con la cabeza de otro.
Estoy más gordo. El que avisa traiciona igual. Estoy gordo.

Avisame lo del mes y ya saco pasaje.
SALADITO HASTA AUSTRALIA EH. La próxima aventura podrías investigar qué maestrías se dictan en Bragado.

Te amo,
Marcos.


Mrcs,
Yada yada yada es de Seinfeld, cuando George está con esta mujer y yada yada yada, todo se malinterpreta. Nada, una boludez. Los fanáticos de Seinfeld somos cuatro y nunca lo soltamos.

Este mail no está descajetado, vos sí. Me duele leerte así, tan pendiente, tan hundido en la melancolía. No quiero que cuentes los minutos para verme. No quiero hacerte improductivo e inseguro con mi distancia. No te puedo obligar a confiar, pero te invito a hacerlo, a saberte seguro de nosotros y dejar de esperar que un ringtone que suena valide lo que tenemos.

Yo te extraño, sí, y te amo. Pero saberte tan fan de mí se me hace pastoso, hasta invasivo. No quiero que me genere culpa disfrutar porque hay alguien en el mundo a quien le hago falta. No es justo para mí.

Además siento que te tengo servido y eso me pone cómoda. A la incondicionalidad no le damos la mano, la provocamos, somos humanos. No es que quiero que me ignores pero siempre es atractivo alguien que está en la suya. Hay un grado de misterio que te mantiene el interés gordito y despierto.

Sí, vení un mes. De última también podés recorrer, amortizar la plata y hacer valer el vuelo. Vale la pena.

No pienses tanto, ni en mí. Te pregunté cómo sigue tu vida allá… digo, tiene que haber mucho más que mi recuerdo.

Te amo.

Abrazo transatlántico submarino avión que vuela y cae y te llega con el calor intacto.
Ag.


No sé ni para qué te lo conté. Soy un pelotudo. Por favor pordoname. Fue un beso mega borracho y después de la culpa y de la tristeza vomité y me largué a llorar. Los chicos me sacaron del bar, Tincho se quedó un par de horas hasta que me durmiera.

Te juro, mi amor, te juro que sólo fue un beso pedorro de menos de dos segundos. Se me nubló todo en ese momento y lo que siento y lo que pienso últimamente es tan poco claro que el alcohol terminó de castigar esa confusión.

Nada es excusa y no tenemos 15. Pero si te lo ocultaba quería decir que tenía algo que ocultar. Y la verdad es que fue tan mínimo e imbécil. Fue despreciable en todos sus sentidos.

No quiero que esto nos rompa. Te amo, Alexia. Quiero verte. Te extraño. Me manejo mal sin vos. Es algo en lo que tengo que trabajar, ya lo sé. Como que te vas y, lo que te dije, tengo que pensar en vos para no perderte.

Perdoname, hago lo que quieras y lo que sea por nosotros.
Te amo.


Mirá, Marcos. Estos once meses fueron raros. Nos amamos y odiamos al mismo tiempo, fue un tire y afloje continuo. Por querer hacer las cosas bien terminamos rompiendo todo más de mil veces. Incluso cuando viniste para acá no logramos tener un día sin peleas, la tensión estaba latente en cada abrazo, nos encontramos para desencontrarnos.

Yo no te voy a dejar por un beso de borracho. Me sorprende porque te conozco y te creía incapaz, pero tampoco siento que me hayas traicionado, a esta altura ya somos dos personas distintas.

Todavía me queda un mes más acá, cuando vuelva veremos si estas nuevas identidades que conseguimos por culpa de/gracias a la distancia se amalgaman tan bien como esos dos que supimos ser cuando nos despedimos en el aeropuerto.

Te escribo cuando esté pisando mi tierra. Por ahora, ya no hablemos. No es un castigo, vamos a cuidar el hilo del que pende nuestra relación antes de que se corte por completo. Cualquier palabra podría afectarlo.

Treinta días pasan rápido si te concentrás en tus proyectos y no hacés fuerza para acordarte de que tenés que extrañar.
Ag.

Hernán & Karen

Hola, ¿cómo estás? No te quiero joder, no me pienses como una molestia, si te escribo es porque tengo un pedido que bordea la necesidad.

Estoy muy triste, te extraño y se me rompe el corazón de no tenerte. Respeto tu decisión de terminar con lo nuestro aunque me duela por todos lados, este último mes solo pude dedicarme a llorar en loop. Lo estoy haciendo mientras escribo y probablemente después, al igual que antes.

No quiero generar un espectáculo de mi dolor, no es la intención de estas palabras. Sucede que nada me repara y todo es peor porque no solo que me hacés falta a cada instante, estoy desesperada por ver a Bonzo. Ese perro era mi fuente inagotable de alegría, mi sol, la felicidad en cuatro patas.

Ya tuve tu negativa una vez pero tengo que insistir, por favor, dejame verlo. Dejame pasearlo una vez por semana. Voy hasta tu departamento, damos una vuelta y te lo devuelvo. Por favor. Me desespera no abrazarlo. Ni siquiera tenés que verme, le podés decir al encargado que lo baje y lo suba, Rogelio no va a tener problema. Yo puedo tirarle unos billetes por la gauchada. El día que quieras a la hora que quieras, me acomodo.

Él me debe extrañar también, lo conocí cachorro y fueron tres años de noviazgo, los últimos meses estábamos casi conviviendo… por favor.

Te juro que no es un intento para retenerte o dilatar el duelo, ya entendí que somos pasado y me queda clarísimo que el perro es tuyo, pero le di tanto amor y cuidado que creo que merezco un paseo semanal.

Por favor, Hernán. No me niegues esta posibilidad otra vez.

Besos,

Karen.


Karen, hola.
No me esperaba este mail, por eso tardé un poco. Bah, un poco, los mails ahora se ven al toque y quien se demora más de un par de horas es porque no quiere responder o no sabe qué. En mi caso, no sabía qué.
Yo también estoy muy triste. No quiero victimizarme para nada, pero yo cargo con haber tomado la decisión. Me pregunto todos los días, todos todos si me mandé una cagada y vi salir, habiéndolo elegido, a la única mina que podía amarme por completo o si es cuestión de dejar que el tiempo haga lo suyo con los dos. Por separado.

Podría decirte que sí, porque te entiendo. Juro que sé que el perro es un apoyo incondicional y lo sería para atajarte en estos momentos de dolor puro, profundo. Pero necesito arrancarte de raíz, y todo lo que implicara algún tipo de acuerdo con vos, así ni tuviéramos que cruzarnos, te dejaría todavía titilando en mi cabeza.

Yo te amo, te lo dije cuando terminamos. Pero no funcionamos, Karen. Yo no quiero ni convivir ya ni ser papá en un año ni nada de eso. Me sentiría como el orto si resignaras tu proyecto de vida por mí. Me parece injusto porque yo no lo estoy haciendo. Tenés que acordarte de lo siempre quisiste y que sea tu meta, que cada decisión que tomes de ahora en más sea en pos de eso. Y yo no soy ninguna de las baldosas de ese camino.

Ya sé que me desvié del tema pero es para decirte que no creo que te haga bien ver al perro. Es mi perro, a fin de cuentas, y no lo marco como algo posesivo ni mucho menos, sino porque vas a estar pasando tiempo con algo mío, por más de que lo hayas visto crecer. La chapita tiene mi teléfono. El nombre es por mi capítulo favorito de Los Simpsons. Es boyero de berna porque es la raza que tenía el vecino de la casa en la que crecí.
Es revolver un guiso de sufrimiento y saquearle todo el vapor a la olla.

Creo que mejor no.
Espero que estés bien en menos tiempo del que pensás.

Beso,
Herno.


Me resulta cruel y doloroso el recordatorio. Ya sé que no querés formar una familia conmigo, lo entendí la primera vez que me lo dijiste y de ahí en más usé ese pretexto de salvavidas para odiarte y no ahogarme en la tristeza. Pero el dolor es tanto, Hernán. Tanto. No sabés lo feliz que podría hacerte si me dieras la posibilidad de compartir el techo conmigo. En fin.

Ya sé que me desvié del tema pero es para decirte que no necesitás pasar en limpio las causas de tu alejamiento, no pretendo retener la silueta un amor que ya no existe, solo quiero ver a Bonzo. Los consejos te los agradezco pero son dedos en una llaga reciente, que me expliques cómo seguir adelante es burlón y ofensivo.

Creo que me va a hacer bien ver a tu perro y por sobre todo creo que estás subestimando mi capacidad de separar las cosas. No lo voy a pensar como algo tuyo, lo voy a pensar como lo que es: la bola de pelos más dulce y juguetona del planeta, que me secaba las lágrimas a lengüetazos, que me hacía revolearle la pelotita de tenis trescientas veces por día, que caminaba a la par cuando iba de tu departamento al mío a buscar apuntes, porro, ropa o chocolate para bajonear.

Una vez cada quince días, por favor, no me niegues esa posibilidad. Este es mi último pedido. Por favor.

Karen.


O yo no sé ser bienintencionado, o vos no sabés recibir cariño. Nunca voy a pretender decirte cosas que te duelan, sólo quiero que estemos bien. Fue mi forma de que el sufrimiento no tapara el bosque. Pero, listo, entendí. Nada más.

No, perdoname pero no. Darte al perro me complica logística pero más que nada emocionalmente. El día de mañana podemos tener un problema pavo por esto que nos termine dejando a uno en cada costado del ring. Y no quiero. Podés adoptar uno, quizás te haga muy feliz. Seguro. No es un consejo, o sí. No sé. No sé cómo comunicarme con vos sin sentir que vas a pensar que estoy siendo hiriente.

Mejor alejémonos por todas las vías, y sin tercerizar nada. Los duelos con cosas de por medio son igual de difíciles, pero encima hay que desviar energía a controlar eso. Energía que podría usarse para salir adelante.
No sé, no quiero, Karen. Me costaría pensar que a tal hora estás pasando por mi casa, que si voy te cruzo, que la vuelta a la manzana y las cuatro esquinas de posible choque.
No quiero.

Perdón si algo de esto te ofende, hiere, molesta. De verdad trato de ir en el otro sentido. Se ve que me sale mal.

Herno.


Rompo por única vez el silencio al que me obligué después de tu último mail para explicarte con detalles lo que sucedió:

Una cuadra antes empecé a escuchar los ladridos inconfundibles de Bonzo y cuando llegué estaba ahí, sentadito en la puerta. Como lo encontré solo y con el collar, asumí que se te había escapado (a vos o a alguien) y se las ingenió para llegar hasta la entrada de mi edificio. La ruta la sabe, la hizo conmigo cientos de veces.

En ese mismo momento corrí con el perro hasta tu departamento (te imaginé desesperado) y como no te encontré (calculo que todavía debías estar buscándolo por la calle), se lo dejé a Rogelio. Ahí te escribí el WhatsApp para avisarte que Bonzo estaba sano y salvo.

En fin.

Tengo una Caniche Toy dorada que se llama Jacarandá. Igualmente le cambio el nombre a diario, hago variaciones sobre la misma base. Hoy se llama Jacalindura. Por más que le diga Salamina viene igual, es súper mimosa.

Te mando un beso y ya no te escribo, era para avisarte esto.

Karen.


Gracias!!!!!
Vi tus whatsapps tarde porque estaba colgando copias con su foto y mi celular, y sólo prestando atención a las llamadas.

Se les escapó a los pintores, hice una ventana de la cocina al living y estaban obreros y pintores en casa, dejaron la puerta abierta y se fue nomás. Y se dieron cuenta como a la hora. La pasé muy pero muy mal. Aparte a los perros de raza a veces no los devuelven porque los venden por mucha plata. Yo ofrecía recompensa, sabés que si era por mí dejaba el depto con tal de que me lo devolvieran, pero nadie llamaba. Volví a mi casa derrotado a la 1 y lo vi sentadito al lado del escritorio de Rogelio. Me largué a llorar. Nunca nadie me vio tan conmovido en la vida. Como dos horas tirado en el piso abrazado al perro y pidiéndole perdón. No me podían mover de ahí. Destapé quién sabe cuánta negación. Rogelio presenció mi aleph emocional.

Me alegra mucho saber de vos y más enterarme de que tenés un(a) jacarandá. Para mí es un árbol que inventó María Elena Walsh. Para mí María Elena Walsh es la autora de todo lo bueno que me pasó de chico. Tiene una canción que se llama Canción para bañar la luna que le canto a mi primita para que se quede dormida cuando la tengo que cuidar.

Ya sé que me desvié de tema pero es para decirte que sos una genia, sos la mejor mina del mundo y espero que estés bien, feliz, todo.

Beso y muchas, todas las gracias.
Herno.

Gerónimo & Octavio

Muchachos, les mando un mail porque por el grupo de whatsapp las cosas siempre encuentran la forma de desvirtuarse y además uno tiene que quedar afuera de esta conversación. Necesito convocarlos a una reunión extraordinaria. No de póker, no de whisky, no de fútbol ni de boxeo. El problema es el siguiente: la vi a Flor llevándose algo de mi casa. Una estupidez, un cuadrito que era de mi vieja, que conservaba más por el supuesto valor sentimental de tener algo suyo en mi casa que por lo que realmente significaba para mí.

No sé si ni cómo decírselo a Nico. Ella no me vio. Lo hablé con Lau y me dijo que ella una vez la había visto meterse un cenicero en la cartera, pero pensó que era para alguna joda posterior o algo así y no le dio bola. No sé.

A ver, yo creo que estamos frente a un tipo de adicción o enfermedad. Creo que la piba debe ser cleptómana. Todos sabemos que no tiene necesidades ni está pasando por un momento puntual de mierda a nivel económico.
Me quedé helado, les juro. Estoy maquinando desde el sábado porque no sabía cómo decirles esto.

¿Para ustedes hay que contarle? Están hace bocha. No tiene planes de proponer pero no es que falta mucho para eso tampoco.
No sé qué hacer. Él está más enamorado que nunca.

Espero sus respuestas, avisen si nos podemos juntar esta semana. Si lo hablamos personalmente va a ser mejor. Esto lo supongo pero no sé si me lo creo del todo.

Abrazo,
Gero.


Gero amigo, tengo un problema mundial. Dame una mano.

Sí, Flor es cleptómana. Nico me lo confesó hace unos meses, no dije nada porque me pidió que no lo comente, la situación lo avergüenza bocha. Ella está en tratamiento y qué sé yo, se maneja como puede. Me da lástima por él, pedile el cuadrito que suele devolver todo lo que la flaca afana. Además va a estar bueno que sepa que sabés, le aliviana la carga.

Pasó algo y estoy medio en otra. Resulta que Flor además de cleptómana es infiel y lo sé porque yo también. En estos últimos meses nos estuvimos viendo, qué sé yo, habrán sido cinco o seis veces y la cortamos porque no daba. Cagar a tu esposa es una cosa, cagar a tu esposa y a un amigo es demasiado peso para mis hombros. Fue un error y ya pasó, forma parte del pasado, se terminó. Espero que no me juzgues por esto.

La última vez que vino a casa se afanó una mamushka que trajo Sara de Rusia. Cuando mi mujer se dio cuenta de que no estaba en la repisa enloqueció, me preguntó si sabía qué había pasado y como en ese momento yo no tenía idea, despidió a la piba que limpiaba. Era la única explicación posible.

El otro día voy al departamento de Nico y Flor y veo que tienen la mamushka arriba del hogar a leña. Me quise morir. Y ahora se viene el cumple de él, Sara la llega a ver y se pudre todo.

Lo que yo te pido es lo siguiente: el sábado nos organizamos y llegás antes, te afanás la mamushka y la metés en la mochila del baño. Cuando yo llego, la saco y la destruyo, la tiro por el balcón, no sé. Pero la desaparezco.

Haceme la pata. El que le roba a un ladrón tiene cien años de perdón, no lo olvides.
Te quiero, amigazo.

Octavio.


Escuchame Octavio, ¿vos sos pelotudo? Me contás que te cagaste en un amigo tuyo, que encima es amigo mío, cambiás de tema y ¿¡me pedís ayuda!? A mí que basurees a tu mujer me importa poco. Nada te diría, me importa nada. Pero los amigos son intocables, Octavio. Con el primer cordón de confianza de uno no se jode. Se lo cuida, se lo trata bien, se lo ayuda. Vos pisaste todo eso como si Nico fuera una colilla de esos cigarrillos asquerosos que fumás.

Estoy enfermo de bronca.

No sólo no te voy a ayudar a ponerle un brochecito de oro simpático a este sorete oloroso que tenés en frente, sino que te doy hasta el sábado a la mañana para contarle a Nico todo esto. Si no, se lo cuento yo. Jamás permitiría que viva en la humillación de que en el mismo ambiente que él estén su amigo y su novia mintiéndole en la cara. Me parece tóxico. Yo sé que lo va a partir en dos, pero peor le va a hacer tenerte cerca a vos, hijo de mil putas. Cómo te podés fijar en la mina de un amigo, por dios, qué tenés en la cabeza.

A mí no me vas a hacer cómplice de esto con la excusa barata estandarizada de que mejor una mentira que lo deje tranquilo a esa verdad que lo vaya a destrozar. ¿O qué te pensás?, ¿que nos podés ir tomando de boludos uno por uno?

La cantidad de veces que nos vimos después de eso, que fuimos a su casa, que les dijiste que hacían la pareja perfecta. Me revuelve el estómago pensar en que quiero, quise como amigo a un forro como vos.

Para mí se terminó acá.
Pero o le contás a Nico todo lo que pasó antes el sábado, o le cuento yo.

Lo de Flor, yo me arreglo. Hoy a la tarde lo llamo. Pero, al final, que alguien choree es lo de menos.

Qué bárbaro, qué pedazo de mierda.
Los dos.


Era un chiste! Jajajajajajajajajajajajajajaja! Cómo caíste, perejil!

Lo de Flor es cierto, lo otro no. Mirá si voy a cagar a mi mujer y a un amigo, me extraña eh. Era todo una joda. Hace un rato pasé por el departamento y me aseguré de que no tuvieran ninguna mamushka arriba del hogar a leña, jajajajaja! Porque pensé, ¿mirá si justo hay una y la joda me sale mal? Alto quilombo!

Lo de la flaca es jodido porque le pasó en un par de locales de ropa y tiene denuncias. En el Alto Palermo le prohibieron la entrada. También se afanó cosas de la casa de la madre de Nico, en supermercados, todo. El boludo está enamorado y la banca, para mí la mina se abusa. Si querés tener una vida en paz, no podés seguir todos los impulsos, por más tentación que sea.

Como caíste, eh! Jajajajajajajajajajajaja! Por las dudas no le preguntes a Sara por la muñequita porque te va a mirar sin entender nada. Me estoy riendo mucho.

No seas tan calentón, puto.


La concha de tu madre, forro. Estoy hace 2 días sin dormir, no sabés las ganas que tenía de cagarte a trompadas. No se me fueron todavía. Te cagaría a trompadas, ahora porque te quiero. Hijo de puta. No sabés cómo estuve. De verdad. No como nada hace días. Tengo ojeras como si hubiese vuelto de tres meses en Ibiza. Te odio, qué sorete. Pero menos mal que no es verdad, igual.

Escuchame, ¿vamos a tomar una birra hoy con Nico y lo charlamos? Como yo lo veo hay dos caminos: o ideamos un plan para ayudar a la piba a salir de esta, o lo persuadimos al pibe para que salga de esa. Mucho más no podemos hacer. Mi voto es que la largue. Es alquilarse un problema por años, sin garante en capital, todo flojo de papeles. Es un problema en edad de crecimiento. ¿Qué opinás vos?

Boludo te escribo todo esto y como que todavía te odio, no sé. Ya está todo bien pero igual te quiero matar. Se ve que vengo alimentando muy mal mi cuerpo pero muy bien mi violencia porque la siento bien tonificada.

Buen, nada, yo creo que haciéndolo sufrir la separación a la larga le estamos haciendo también un favor. Separarse es doloroso. Pero las relaciones tienen que disfrutarse, no que tolerarse. Divina ella pero que le afane a la vieja me parece mucho ya. Que nadie se atreva a afanarle a mi vieja, porque mi viBUEN HABLANDO DE CHOREAR.

Avisame.
Te odio.
Forro.


Lo hiciste a propósito porque sos un forro. Tenías que ir a contarle a Nico y a Sara con lujo de detalles sobre “la joda” que te hice, obvio, porque los garcas se manejan así. No me creíste e hiciste bien porque te estaba mintiendo sobre la mentira, no me arrepiento ni por un segundo de haber chupado esas tetas, pero no quería que un pelotudo que se cree moralmente superior metiera la nariz en un asunto que no le correspondía.

¿Estás contento ahora que arruinaste dos relaciones y una fiesta de cumpleaños? Ah, y dejaste en evidencia el problemita de Flor, detalle no menor.

Qué imbécil que sos, me das mucha lástima, de verdad, me llenás de pena. Sos un pobre tipo que no puede cerrar el orto, nada más. Ni sincero ni leal, pobre tipo. No tenías nada que ver y sin embargo explotaste la piñata, confié en vos porque pensé que eras mi amigo pero ahora sos tan traidor como yo.

Era MI problema, no el tuyo, ni siquiera tenías nada que ver. ¿Para qué te metiste? Esperá, yo te respondo: porque sos una mierda. Porque querías dormir con la conciencia tranquila y te importó un choto cagarles la vida a dos familias. Decir la verdad no te hace mejor persona, eh. Solo estás diciendo la verdad. Fijate en donde cae y el daño que causa antes de creer que estás haciendo un bien.

Siempre me tuviste envidia, siempre quisiste ser como yo. Viste la oportunidad y la aprovechaste, como el forro resentido que sos.

Este mensaje se extendió pero lo importante es mandarte a la puta madre que te parió. Hubieras cerrado el culo, bocón. Te juro que esta me las vas a pagar.

Ya vas a aprender a cerrar la boca. Yo te voy a ayudar.