Hola. No soy las expensas. Tampoco soy la del 5°B quejándose por giladas (en mis dos meses en este edificio ya recibí tres notitas mágicas, qué infumable esa mujer). (Esperá, ¿es tu amiga? Capaz que me estoy mandando una cagada, no me extrañaría).
Soy Pasco, también conocido como PB “B”. Me decís Pascual y te mando una carta documento, mi mamá ya tiene cien millones. Hola, PB “A”. No sé tu nombre pero sí que tu ¿ex novio? es un idiota. Bah, qué sé yo, suposiciones. Re vieja chusma todo.
Primero te aclaro que tipeo esta nota en la máquina de escribir porque mi letra es un jeroglífico y no tengo impresora. Te la paso por debajo de la puerta porque nos cruzamos poco, debemos tener los horarios cambiados. Es una lástima, tengo unos ojos celestes increíbles. Ah no, pará. Esa sos vos.
Quiero ofrecerte mi ayuda. Esta mañana y por tercera vez me desperté con los gritos de un pelotudo que se para frente a tu ventana a tratarte de puta de mierda, entre otras cosas más heavys. La primera vez lo consideré un pobre despechado, la segunda un desbordado con tintes psicóticos, la tercera un violento digno de restricción perimetral. Asumo que vos llamaste a la policía, estaba por hacerlo yo.
No sé qué le habrás hecho pero no tenés cara de asesina serial. ¿Le herviste el conejo? Aun así, no da. Debe ser algo reciente, ¿no? Me pareció verlo en el palier alguna que otra vez.
Me sé un extraño pero me gustaría que cuentes conmigo. Tuve un problema con una ex que se tiró de mi auto en plena avenida para que no la deje. ¿Podés creer que me cagó con mi mejor amigo y después ella era la víctima? Actriz de conservatorio. Hasta me estampó un: “Pacual te amo” con aerosol rojo en la puerta de la casa de mi vieja. Todo un domingo rasqueteando una puerta, todo un año olvidando a una trola. En fin.
Te juro que no es de chusma y menos de que te quiero levantar, pero soy de Saladillo (¡¡¡es ciudad, no campo!!!) y allá nos conocemos todos. Medio que no entiendo por qué acá cada uno está en la suya y no le importa lo que sucede a su alrededor. Re de pueblerino el comentario pero sí. Escribo usando la “s” porque me acostumbre por la facu pero hablo y me las como todas, es muy importante que lo sepas.
Adiós.
Bue, sincerémonos.
Adió.
Pasco.
(Recordemos, NUNCA Pascual. Nunca).
¿Por qué tengo una máquina de escribir a mis jóvenes treinta años? ¿Cómo fue la infancia de un niño con ese nombre? ¿Hay vacas caminando en las calles de Saladillo? Todo esto y mucho más en la próxima emisión de: “Las cartas locas del vecino metiche” a la misma hora por el mismo canal.
Qué linda palabra: “metiche”. De una a la lista.
PB ‘B’, PB ‘A’ reportándose. ¡Sabía que no eras de acá! Sos el único que sabe que Omar existe, parece. Te vi cebarle mates. Era obvio. Esta ciudad agarra toda la bondad de uno, juega al paredón horas, días, magnitudes de tiempo incalculables pero en cuestión de segundos y te la devuelve toda mugrienta e inutilizable. Y así quedamos. No nos saludamos, no nos advertimos ni siquiera.
Bueno, hola, Pasco. Yo soy Ayelén, como habrás escuchado la mañana de hoy, de anteayer y del lunes pasado. El eufórico es mi ex novio, más amigo del estado de naturaleza que del civil, verás. Cortamos hace casi dos meses. Estuvimos casi dos años. Lo cagué. Se lo conté. Se pudrió. Es más complejo que siete palabras divididas en tercios pero tampoco tan.
No hice la denuncia. Mi apuesta es a que se va a aburrir y no va a venir más. Igual, para qué pintarme de macha, ayer cambié la cerradura y lo bloqueé del celular. Paso a responderte todo eso que no preguntaste: no estoy enamorada del pibe con el que lo cagué, no me arrepiento, me manejé mal, pésimo, no lo extraño. Ni sé si alguna vez estuve enamorada de él. Mis amigas se están casando y siento que un reloj biológico al que otro le da cuerda me apura, me asfixia. Quiero tener cinco años menos gran parte del día. Estoy tomando vino todas las noches. Más que antes, más que normal, menos que preocupante. Lo llamo ‘medida simpática’.
Crisis, bla, bla, bla.
Cagar es un atajo al fracaso. El tema es que lo que era un fracaso moderado pasa a ser un salame despertando a tus vecinos.
Pero bue, pido disculpas.
¿Querés venir hoy a tomar un vino a casa? Cocino congelados como nadie en el barrio. No es intención de cita. Te va a ser evidente por los pantalones de minions.
Nada, no sé, al final todos estamos re solos y a veces parece que lo elegimos.
Te podría dar mi celular pero qué encantador es esto de las notitas por debajo de la puerta. ¿Te lo trajiste de tu pueblo esto?
¿Hacés cerveza artesanal?
¿Vendés pulseritas?
¿Tenés wifi?
¿Sabés lo que es?
Bueno, avisame PascuOOOOOLEEEE.
En la vida real soy mucho menos odiosa. También miento menos. Mentira.
Aye.
Aye,
Re mil disculpas, anoche llegué tardísimo porque me quedé ayudando a un compañero de cátedra que no caza una, leí tu invitación a la madrugada. Sería mucho más cómodo si tuviera tu celular, pero sigamos así que con un poco de paciencia vamos a coincidir. Voy a omitir lo de “pueblo” porque yo ya te expliqué que Saladillo es UNA CIUDAD y vos ya te asumiste odiosa. También voy a omitir lo de los congelados. Che, ¿por qué comen tan mal acá? ¿Tanto les cuesta ir a la carnicería, comprar un pedazo de carne y tirarlo en la plancha? Se embuchan cualquier cosa y después andan presos de los antiácidos y los protectores gástricos. Allá es otra cosa, no hay este nivel de stress, se vive de otra manera. El salamín nunca falta en las picadas previas a la cena, ¿vos te pensás que alguien tiene problemas de hipertensión? Acá están todos locos y se enferman porque se vive horrible. Mi familia tiene campo viste, mi abuelo lo que encuentra por ahí caminando te lo tira al fuego, olvidate. Y andá a decirle que algo no te gusta, te corta en fetas y te hace a la parrilla. Se come lo que se prepara, no es joda.
Te voy a traer salamín cuando vaya de visita, son los mejores del mundo. Sí, lo que leíste.
No hago cerveza artesanal, sí hice dulces en el campo. No vendo pulseritas. Claro que tengo WiFi, lo comparto con Tito. ¿Sabías que en el edificio tenemos a un ex combatiente de Malvinas? En el 1ºB. Me arregló la bici, un ídolo el Tito.
Che, ¿por qué estás en crisis? No me gusta. ¿Te pasa algo grave? ¿O tenés miedos que vos misma te inventás, como hacen los de acá? Bueno, ahora quiero ayudarte. ¿Es por tu ex? Hoy no me despertaron sus gritos así que quizás se calmó. La policía lo debe haber asustado, esperemos.
No sé, no entiendo el engaño. Soy medio cuadradote, viste, chapado a la antigua. Yo me quiero casar y tener pibes, soy fiel y jamás perdonaría a alguien que me caga. Sé que todos manejan camionetas y yo vengo en carreta, pero bueno, tengo la cabeza cerrada. Andá a decirle a mi abuelo que tenés una relación abierta, te corta en fetas y te hace a la parrilla.
Tomemos vino. ¿Viernes a la noche? Te hago un matambrito a la pizza. No me hagas la de ser vegetariana te lo pido por favor. No es intención de cita. Te va a ser evidente por el short de River.
El coso de Welcome que tenés en la puerta, los pantalones de Minions… te voy a regalar una escarapela. ¿¿¿???
Adió.
Pasco.
Che, quedo re Odiador Profesional de la Ciudad, pasa que a veces extraño mucho pero todas las oportunidades laborales y de estudio están acá.
Como que siempre tengo que acotar algo después de firmar.
“Allá” siempre es otra cosa, por eso es “allá”. Pero vos estás eligiendo estar acá, amiguito.
No deberías haber llamado a la policía si yo no lo hice.
Lo charlamos a la noche.
Voy. (Que en realidad ahora mientras lo leés es Vengo).
Acá estoy, otra vez. Perdoná si ayer fui muy, digamos, tajante con mi palabrerío. Es que la gente dice que es chapada a la antigua como metáfora de que es fiel, como si antes la gente no se cagara, y me saca, boludo. La gente se cagó en la gente desde que existe la gente. No hay carretera de tierra o tereré que pueda amenizar eso. Pero me caíste súper Pasco, y cocinás de puta madre. Y me aguantás, y te reís de mí y conmigo. Nada de eso es poco.
Esto va a ser largo y espero que se entienda todo: justo ayer hablaba con una amiga médica y me contaba que en la carrera se estudiaban distintos tipos de infidelidad: accidental, habitual, romántica, como arreglo de pareja, etc., etc. ACCIDENTAL, ¿entendés? Como si una fuera a tropezarse con la pija de un compañero de laburo. Como si en la ceguera parcial de un estornudo la boca aterrizara en la boca inmediata. Increíble. Anecdótico. Pasajero. Inmemorable.
Las instancias para cualquier cosa son esas cuatro, boludo. Quedé re flasheada con lo que hablamos ayer de cómo todo tiene un ciclo. A raíz (guiño guiño) de eso te quería pedir: ¿te puedo hacer una copia de las llaves y me regás las plantas a la tarde, cuando da el sol? Porque yo llego tipo 10 y creo que vos tipo 5, 6, ¿no? Me harías un gran favor a mí y convertirías mi casa en un lugar, por lo menos, habitable. Mi casa hoy es una celda con 3 o 4 cuadros.
Nada, chabón, te quiero. Ojalá no pienses que soy un sorete. Lo de la crisis es más sentido figurado que literal, pero coqueteo con el precipicio de lo que implica ser una mujer de mi edad seguido, no te voy a mentir.
Si te hago una copia no te metas a la madrugada mamado en la cama, eh. Mirá que ya te he visto tomar y se te sueltan un par de cables.
Te dejo mi cel, si querés seguimos por ahí: 115-778-9630
“Aie”.
Al final no te aclaré que yo no llamé a la policía, estaba por hacerlo pero alguien me ganó de mano. Ahora que tengo el recuerdo fresco de tu voz me puse a releer las cartas, para que las letras tengan tu melodía.
A mí también me caíste súper. Hiciste que una noche de viernes cualquiera en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fuera fantástica. Me encanta tu acidez y cómo se te frunce el ceño cuando hablás. Sos medio terminante, viste. Pero a mí me pega lo melancólico y me gustan las mujeres con carácter. Me cagaste un poco a pedos pero bien, es lindo sacarte risas.
Che, ya me dijiste que me querías y me ofreciste la llave de tu casa pero yo sigo siendo (casi) un extraño. Te voy a mandar con mi mamá para que te dé una clase de seguridad, no sabés cómo me quemó la cabeza antes de venirme (y ahora también, si me llama y no la atiendo se desespera y a la hora tengo 40 llamadas perdidas). Siempre piensa en un secuestro seguido de asesinato, siempre.
Claro que sí, espero la llave. Ahora en un rato te escribo desde el celu, todavía tengo el número de allá. Nunca “allá” es otra cosa si está tu familia y los que más te quieren. Pero acá se me necesita porque ahora tengo plantas que mantener con vida, qué emoción. ¿Viste qué divinas las mías? Bueno basta que me pongo re tía. Te fuiste y la gata se quedó mirando la puerta un rato, te juro.
¿Cómo es el recital al que me querés llevar?
Bue ahora te hablo por WA.
Pasco.
Me gusta esto, cada tanto quizás te tire alguna nota eh.
Che yo pronuncio la Y, AYYYYYYYYYYYYYYYYYYE.
Ahora te mando todas las “s” que me comí:
S s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s s
Puto el que lee.
Pasqui, te dejo una nota en remembranza de cómo nos conocimos. Me voy a la peluquería. No quise despertarte porque roncabas como un lobo marino atascado entre piedras. Hoy seguro te toca el timbre la inquilina de mi depto para darte el alquiler. Si deja la puerta abierta chusmeá un poquito las plantas.
Tomate un minuto cuando te despiertes para evaluar la idea de hacer algo con la cantidad de envases retornables que nunca retornamos. Capaz pueden ser jarrones. Capaz podemos practicar destructoterapia en el patio.
Lo hablamos cuando vuelva.
Te amo, pueblerino apestoso.
Aye.