Benjamín & Yanina

Tiru tiru plin plin! Algo así hace tu iPhone cada vez que te llega un mail. A mi amiga Thais se le ocurrió el timbre con contestador, vos vas a la casa de alguien y si no está, le dejás un mensaje grabado. ¿El invento del siglo? Cómo saberlo. Señorita, tiene un correo electrónico. Bueno, QUIÉN LE DICE ASÍ.
Me reporto para hacerte unos comentarios, unos appetizers (amo esa palabra por lo pretenciosa, la escribo en cualquier lado). No sé cómo tocar el tema, sí la guitarra, pero este tema no es una canción. No te puedo seguir el ritmo.
¿Eh?
Le mostré una foto tuya a mi hermana, te quería conocer. Me dijo que sos re linda (ninguna novedad) y que la cartera que llevabas colgando del hombro cuesta $5000. Ahí me cayó un fichón. Fichita, fichata, fichotEEEPPPAAA.
Hago estos boluchistes para cortar con la tensión del tópico en cuestión. A ver, sería algo así: se empieza por lo bueno, sos toda genialidad y olor rico. Se termina por lo malo, no me da el cuero para bancar los trapos.
Mi pequeño sueldo de docente recién iniciado no me deja resto para mucho más que lo indispensable. Cuando sume antigüedad, cargos titulares y una sinfonía de etcéteras; seré tan millonario como el chocolatero que nos cuida desde el cielo de Miaaammmeee. Por ahora, la gaseosa es un lujo.
Un departamento a mi nombre, un auto y millas de viajes por el mundo para mí son todas aspiraciones inalcanzables que vos ya acumulaste. Está perfecto, no lo digo como un ataque, al contrario! Nadie debería avergonzarse por lo que tiene. Pasa que odio que siempre paguemos a medias, me encantaría invitarte pero nunca llego. Hasta me da vergüenza sacar la de débito mientras que el de al lado toma frula con la tarjeta de crédito gold black blue platinos y diamantes.
En los lugares a los que podría llevarte no encajás, por eso siempre te dejo elegir, pero se me está complicando la economía. Este primer mes estuvo súper, pero no podría repetirlo. Digamos que me excedí y cada minuto valió la pena, pero mi sueldo no me deja ser tan feliz. Ayer salimos con tus amigos y cuando dividieron la cuenta, me corrió un frío por la espalda que mamita querida. Ahora se viene tu cumple y… ¿qué te voy a regalar? ¿Una canción? Sí, bueno, pero no puedo empatarla con un buen par de zapatos.

Creo que estamos a tiempo de darle un final a esto copado que venimos generando. Antes de “formalizar”, de que pase mayores, de que nos enganchemos y sea todo drama por aquí, drama por allá. Hay un pedazo de mi orgullo masculino que está siendo pateado en el piso cada vez que te acepto la mitad de todo. Ya sé que es una regla patriarcal más boluda que el agua de los fideos, pero también es halagador invitar y regalar. Y, de verdad, no puedo seguir gastando así, ni siquiera la mitad. No otro mes, no para siempre.

Además ya me conociste las cinco camisas, a partir de ahora tengo que repetir hasta infinito punto rojísimo. Una es de 2003, no digas nada.
Yani, sos más lindisima vos. Hiciste todo bien. Perdoname.

Benja.


Si siempre me dejás elegir, dejame una vez más: no terminemos. A mí me encanta estar con vos. Vayamos a donde quieras o no vayamos a ningún lado. Yo salgo porque es lo que conozco, porque somos animales de costumbre, no porque me haga falta para ser feliz o siquiera me guste en particular.

No te exijas porque pensás que si no es con lujos no me tenés. (Y dame algo de crédito, además.)

Si no me banco la austeridad, prometo decirlo. Pero prefiero estar con vos en el sillón que con cualquiera en el bar de un hotel. Hoy, por lo menos.

Dejame elegir hoy por sobre quién sabe qué.
Dale.


Flitds flitds! Algo así hace mi Nokia 1100 cada vez que me llega un mail. Bueno, no es un Nokia 1100, peeero.

Qué cortita y concisa. Me gusta porque escribí un choclo de dos millones de líneas y con cuatro oraciones cerraste el sobre y lo mandaste por correo. En el Instituto siempre me decían que me pongo muy redundante y me las ingenio para decir lo mismo una y otra vez. Creo que ese es el error común de los que redactan sin formación, la redundancia. Bueno, qué tiene que ver. ¿Cómo que nadie me lo preguntó?

Acabo de escribir un párrafo que explicaba lo mismo que el de arriba y lo borré. Bracito haciendo fuerza.

Vos me gustás mucho y por eso tenemos que dejar de vernos, la frase ilógica más lógica que existe. Puedo ver un futuro para nosotros, un futuro 2016: que las salidas se transformen en noviazgo. (Lo del casamiento y los hijos no es que esté mal pero no entra en la categoría, lo dejamos para cuando proyectemos el futuro en 2020.)
No sos una piba más en mi vida. Pienso en vos un miércoles a las 3 de la tarde, por ejemplo. Pensar en alguien de día es mucho más que pensar en alguien de noche. ¿Y esta regla, Benjamín? La inventé recién, Benjamín. ¿Estás hablando solo, Benjamín? Jamás, Benjamín.

Bué. Nueve millones de palabras para decir nada, para obviar que nunca voy a poder ni siquiera empatarte en cuanto a lo económico y no quiero que te amoldes a mi estructura porque te merecés todo y más. Tu baño es más grande que mi departamento, por eso nunca te traje. En mi heladera hay medio limón a medio exprimir y uso el jabón más barato, ese que se quiebra al toque.
Ojo, no quiero dar lástima, todo lo que tengo es mío y me lo gané con mucho esfuerzo. Le doy besitos al medio limón, no te vayas a creer.

Yo te dejo elegir pero, por favor, pensalo. Es adaptarte a otro estilo de vida. ¿Eso se entiende? Tener que subir es mucho menos tedioso que bajar, regla no válida para las escaleras, sí para la escala social. Los espacios se achican, las comodidades empiezan a escasear, los problemas son otros. ¿Mirá si hago una salsa y te queda el olor a cebolla frita en el saquito blanco de volados que te pusiste el otro día? Sos, bah, te veo como una princesa. Esto es entre cursi y cosificador, pero tomalo para bien porque te lo digo embobado.

Digamos que quiero prevenir un chasco.

TE DOY VEINTICUATRO HORAS PARA PENSARLO.

Jajajaja! Nah, tranca. Besote, hermosa.

Benja.


Si vos te sentís incómodo o frustrado con la situación y cómo vivo, perfecto, lo entiendo y quedamos acá con buena onda y un par de carcajadas. Ahora, si estás suponiendo lo que me pasa, bastante atrevido. No pongas en mi cabeza pensamientos que no tuve. No proyectes.

Me hincha un poco las pelotas esto porque yo estoy re bien con vos. Asumiendo que había algo que decidir, que para mí no, ya decidí. Me molesta también porque soy más que una cartera cara y un teléfono de última generación. Y me molesta más que no lo veas.

Así que te toca a vos, que sos un príncipe a tu manera, como cada príncipe lo es a la suya. Vos sos un príncipe con billetera de velcro. Quizá el último en los siete reinos.

Te toca a vos, pichón.
Si te hace ruido, monofónico, con la cortina de south park, tilín tilín, plín trdsss; el ruido que sea, si te hace ruido dejamos las cosas como estaban hasta hace un mes.
Si no, basta de estos mails haciéndote cargo de lo que no pasó.

Beso.


En su momento te prometí decírtelo si me pasaba: no puedo con el cuentagotas, Benja. Necesito un poco más de vida afuera de tu livingcuartococina. Me siento la peor por pensar así. Todas las mañanas me concentro para que la balanza se incline para el lado de lo lindo que sos, tu forma de quererme, de mimarme; pero no puedo. Necesito salir un poco. Aunque sea un picnic, no sé, una picada.

Que pague yo te fastidia. Entonces te pregunto: ¿cómo hacemos?


Te entiendo más que nadie, Yani. Este cuentagotas que te frustra, a mí me hace sentir orgulloso. Soy el primero en la familia que se recibió de algo, mis hermanos ni siquiera terminaron el secundario. Los tres viven con mi mamá y laburan de lo que consiguen, yo pude independizarme en todos los sentidos.

No me gusta que me paguen porque lo que quiero lo consigo con mi propio esfuerzo. Miro sin pena todo lo que me gustaría y no puedo tener, no me desvela.

Además estuve pensando y la plata que ahorré para nuestras vacaciones se la quiero dar a mi mamá así arregla la humedad del techo de su pieza. No voy a estar cómodo en una playa sabiendo que a mi vieja se le puede venir el cielo raso encima en cualquier momento. Estoy acostumbrado a no tener vacaciones, no a sentirme culpable. Sé que era un plan que te tenía muy entusiasmada pero ahora mis prioridades son otras.

Vos sos hermosísima. Te merecés todo lo mejor, te lo vivo diciendo. Una manta en un parque con un paquete familiar de galletitas surtidas lo hacemos realidad cuando quieras, pero no creo que esa sea la cara de todo esto.

Ninguno va a cambiar. Ninguno debería. El chasco nos explotó.

Esta tarde paso por tu departamento así terminamos de hablar y te dejo tus cosas.

Perdóname por todo lo que haya que perdonar.
Benjamín.

15 thoughts on “Benjamín & Yanina

  1. Benjamín me parece tan tierno y adorable….
    Hasta que me parece un terrible pelotudo, porque al final el mayor problema es que ella no pague.
    Me parece divino que elija no irse de vacaciones por ayudar a la madre..
    Hasta que ella dice “que pague yo te fastidia” y la respuesta es “no me gusta que me paguen”

    Nada, entiendo un poco pero el orgullo no le puede ganar así, tan feo, al amor, tan por goleada.
    Me enoja y me pone triste.

    Basta, me voy (?)

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      1. Peque

        Hola. Leí tu comentario y no pude evitar contestar. Me parece que cuando un amor no puede superar algo tan simple como la guita, hay más de fondo. Él no intenta solucionar desde el vamos y creo que es porque no le alcanza, no le cierra. Si la quisiera más, buscaría una alternativa antes de dejarla ir. Ojo, en ella también hay algo parecido.

        Genias las que escriben. Quiero el libro!!! Las espero con ansias el próximo martes 🙂

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  2. Sergio R

    Arrepentirse está mucho mejor visto de lo que debería. A lo mejor si nos permitiéramos menos los arrepentimientos tomaríamos mejores decisiones.
    “A lo mejor”… ya soy mi tío abuelo.
    Gracias por seguir escribiendo!
    Beso!

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  3. Romina Besada

    El tema no es “pagar la cena” el tema es muuuchos otros costos (económicos y emocionales) que ninguno de los dos puede (quiere?) pagar.

    Chicas, ustedes son lo más! Gracias por tanto.

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  4. Lucas Santos

    Creo que es el primero que leo que no me gusta (desde el otro día que los conocí que vengo leyendo unos cuantos por día).

    Si bien es verdadero el motivo de discordia, siento que le falta la profundidad que tiene en otros relatos.

    En fin, rescato el personaje de ella y su discurso, me parece muy bien logrado.

    Sigo colgado con los viejos, a la espera del martes que viene.

    Las felicito, salú !

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  5. Venia muy BOOM BOOM arriba, puro amor, tierno, todo venia solucionándose y PUUM, piña en medio de la cara y se desvaneció todo el castillo.

    ME ENCANTÓ. Pero quedé triste porque Benjamin no se esforzó. Corazón roto.

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  6. Me llamó la atención el nombre Thais, no es común. Y me recuerda la Thais de la Grecia clásica.

    Benjamín resultó un inepto, que buscó conflicto donde no lo había. Su absurdo orgullo le hizo terminar con una relación. ¿Cuál era el problema que pagara Yanina?
    Saludos

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  7. “Pensar en alguien de día es mucho más que pensar en alguien de noche.”
    Me gusta esa (única) regla de Benjamin.
    Es porque me está pasando? Quizás. Me está cayendo una ficha ahora mismo? Tal vez. Estás hablando sola Sophia? Siempre Sophia.

    Me encanta lo que hacen.

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  8. No todo se puede, empezando por decidir por el Otro. Sabor amargo pero al mismo tiempo la felicidad de haberse animado a probar. Probar a ser con el otro, con los límites propios y los del Otro. De todo eso encontré el texto que ademas es muy tierno y gracioso.
    Me encanta saber que seguimos.
    Abrazo
    MartinS
    P.S.:,tarde pero seguro

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